La tecnología avanza a un ritmo desorbitado, cada vez va dirigida a más ámbitos de la vida, es decir, no solo se centra en el campo de la tecnología, sino a otros como la medicina, la integración de tecnología en la agricultura o en otros campos donde poco a poco se van adaptando a los últimos avances tecnológicos, como en la educación.

 

Cada vez son más los colegios, institutos y universidades que están mejorando su mobiliario integrando entre el mismo, dispositivos tales como ordenadores de sobremesa, portátiles, pizarras interactivas, proyectores, etcétera.

Dispositivos que facilitan la labor del profesorado y que también lo hace para el alumnado ya que cada vez está más integrado en las nuevas tecnologías. Pero, la integración de este tipo de aparatos y tecnología, genera un debate de que si realmente son necesarios y si son efectivos para el alumno y no una distracción o pérdida de tiempo.

Integración de la tecnología como una herramienta de avance

Muchos colegios optan por lo que se denomina “aprendizaje mixto”, que mantiene al menos un 25% de la jornada escolar de los niños en un aula de informática con el contenido en línea dirigido a su nivel de enseñanza. Rocketship, una escuela californiana, consiguió el año pasado ser una de las escuelas de mayor rendimiento para estudiantes de bajos ingresos, superando a las escuelas de las zonas más ricas.

La pregunta ahora es, ¿fue la tecnología el elemento clave para este aumento de rendimiento?. Para Michael B. Horn sí. Director ejecutivo de la práctica de la educación en Innosifht Institute, es una organización sin ánimo de lucro, que se centra en la educación y la innovación. Horn declara que “es emocionante esta manera de reforzar el aprendizaje del estudiante, ya que permite personalizar la educación para cada niño de acuerdo a sus necesidades de aprendizaje diferentes”. Además, dice que el uso de tecnología es más rentable, ya que las escuelas pueden ofrecer cursos avanzados en línea que de otro modo no estarían disponibles, sobre todo en materias tan elementales como matemáticas o lectura.

Por otro lado, la especialista en integración de tecnología para escuelas de Filadelfia y blogger de “Edutopia”, Mary Beth Hertz, explica que la tecnología permite una mejor utilización del tiempo en clase a través de “clases online”, permitiendo a los alumnos verlas desde casa. Además, los programas permiten a los profesores añadir contenido, tareas y preguntas guiadas al inicio de una unidad y los estudiantes poder moverse a través del material a su propio ritmo, añade.

Con la introducción de los alumnos se intenta también relacionar la tecnología con las cosas que más le gustan. Como menciona Ann Flynn (director de tecnología de la educación y servicios estatales de la National School), se le puede mostrar a los niños cómo las matemáticas pueden ser utilizadas en el diseño de un monopatín. “Ayuda a que los estudiantes empiecen a experimentar en la ciencia y las matemáticas, y ver como se relacionan con cosas cotidianas de su día a día”.

 

Tecnología en las aulas ¿positivo o negativo?

Como podemos ver, muchos son los argumentos positivos hacia la integración de la tecnología en las aulas, un paso más en la educación que consigue mejorar el rendimiento de los alumnos y permite también a los profesores, ofrecer un programa lectivo mucho más amplio, interactivo y personalizado para cada alumno.

Eso sí, la integración de este tipo de tecnología y dispositivos, requiere de un equipo de profesionales cualificados, es decir, profesores o administradores responsables en la supervisión de los elementos tecnológicos. Y no solo a nivel humano, sino unas instalaciones óptimas para este tipo de enseñanza.

Viendo como cada vez se integran más las tecnologías en las aulas, ¿crees que es algo peligroso o negativo para el alumnado y los profesores?, o por el contrario ¿no sirve para nada?. Dinos tu opinión al respecto.

 

Fuente: www.todoparalafamilia.com