Valerie Palmer es una agente secreta de la CIA que combina su ajetreada vida profesional (con múltiples viajes a Oriente Medio) con su vida familiar. Casada con un diplomático –poco diplomático en sus formas-, Valerie descubre la inexistencia de un programa de armas nucleares en Irak. Mientras, Joe Wilson, su marido, ejecuta un encargo de la CIA en Níger acerca del mismo asunto. Cuando Wilson ve que sus conclusiones son negadas públicamente por el gobierno, empieza una lucha pública que tendrá consecuencias en la carrera profesional de Valerie y en su propio matrimonio.
Intérpretes: Naomi Watts, Sean Penn, Ty Burrell, Sam Shepard, Noah Emmerich
Género: Thriller, Biográfico
País: EE.UU.
Público: +12
Lenguaje: Coloquial
Duración: 104′
Valoración: ***
Contenidos (de 0 a 6): Humor 0, Acción 2, Amor 0, Violencia 1, Sexo 0
Fecha de producción: 2010
Crítica
A partir de sendos libros que escribieron el matrimonio Wilson-Palmer (The politics of the truth y Fair game respectivamente), tras el escándalo político e internacional que les tuvo como protagonistas, los dos hermanos Butterwoth han escrito un guión donde se combinan muy bien las tramas de thriller y las secundarias-familiares.
Con un material como el presente, con una carga dramática evidente en lo histórico y en lo personal, es complicado no conseguir una película interesante para el espectador. Si a esto se le suma la inquieta dirección (producción y dirección de fotografía) de Doug Liman (El caso Bourne, y realizador de spots para candidatos demócratas, entre ellos Barack Obama) y a dos actores de la talla de Sean Penn y Naomi Watts (que trabajaron juntos en 21 gramos), el resultado es una cita con ese tipo de thrillers que entretienen al mismo tiempo que provocan que la inteligencia se active.
La caracterización de personajes se centra sobre todo en los protagonistas, y quizá queda algo descuidada la de los antagonistas, a veces demasiado plana para la relevancia que tienen en la historia. Con todo, esos descuidos quedan escondidos en unas tramas bien llevadas, gracias también una planificación entre la cámara en mano y algún plano-contraplano bastante sostenido que encajan perfectamente en la elegante ambientación e iluminación del film.
Firma: Lourdes Domingo