FICHA:

Director: Kenneth Branagh

Intérpretes: Lily James, Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Richard Madden

Duración: 112 min.

Público: Todos

Disney presenta una nueva versión de Cenicienta, una de sus películas más emblemáticas, esta vez en imagen real. Y para ello cuenta con el oficio de un prestigioso director británico, Kenneth Branagh, quien alcanzó la fama por sus adaptaciones de Shakespeare a la gran pantalla, y con Chris Weitz, guionista de series televisivas familiares y de películas infantiles como La brújula dorada, Un niño grande, El profesor chiflado II y Hormigaz.

En Cenicienta, Weitz se mantiene bastante fiel a la historia tal como la contó Disney en 1950. Las diferencias fundamentales son que aquí los animales no hablan –aunque sí se comunican–, no es una película musical –aunque sí hay canciones– y, sobre todo, que se cuenta la historia familiar de la protagonista, lo cual enriquece enormemente al personaje.

La Cenicienta de Branagh es una película de estilo absolutamente clásico, un cuento de hadas en toda regla, pero más luminosa y brillante que su antecesora. En primer lugar, porque las aportaciones del guion ofrecen una lectura mucho más realista y adulta de los personajes y sus conflictos, lo que permite una profundización en elementos antropológicos de calado (las relaciones paterno-filiales, la familia como el cimiento de una personalidad, la humildad, el agradecimiento, el perdón…). Por otra parte, Branagh, debido a su tradición shakespeariana, hace una puesta en escena nada fofa o sentimentalmente blanda, sin dejar de ofrecer un cuento infantil.

Además, el despliegue de medios en el departamento de arte hace que en algún momento, como en la secuencia del baile en Palacio, nos veamos transportados al Gatopardo de Visconti. La animación digital está al servicio de la historia, sin autocomplacencia, y resuelve muy bien los elementos mágicos, como por ejemplo, lo que tiene que ver con los favores del hada madrina. Toda la película está atravesada de un fino sentido del humor que viene muy bien para una historia que tiene tanto componente trágico.

Branagh consigue una excelente y elegante versión del cuento, que podrán disfrutar pequeños y adultos sin sorpresas desagradables ni extemporáneos guiños posmodernos.

Firma: Juan Orellana