Ficha: 106 min. | Thriller Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: España Dirección: Oriol Paulo Intérpretes: Mario Casas, Ana Wagener, José Coronado, Bárbara Lennie, Francesc Orella, Paco Tous, San Yélamos, David Selvas, Iñigo Gastesi La prestigiosa abogada Virginia Goodman acude a entrevistarse con un cliente, el joven y exitoso empresario Adrián Doria (Mario Casas), recluido en su casa de Barcelona a la espera de juicio por un caso de asesinato en el que es el principal sospechoso. Al perecer la fiscalía ha dado con un testigo importante y ambos tienen ciento ochenta minutos para decidir una primera estrategia para el juicio. Pero Goodman necesita saber más datos acerca de los hechos si quiere ofrecer una defensa fiable. Notable thriller con el que Oriol Paulo (El cuerpo) se reivindica como uno de los valores en alza del cine español. Un buen guión y una buena ejecución son las claves. Demuestra el guionista y director catalán que con pocos medios pero con un uso inteligente de la historia, una trama puede enriquecerse más y más, atrapar al espectador y mantenerle en vilo durante casi dos horas. El punto de partida poco original, que recuerda al de otras películas, puede hacer creer que estamos ante un caso policial sin más –asesinato de una mujer en un hotel y falso culpable–, pero pronto se ponen otros elementos sobre el tapete, con episodios románticos, dramáticos, fatalistas, creíbles al estilo de Muerte de un ciclista. Pero, además, poco a poco se juega con habilidad a la realidad y la ficción, de modo que gracias a las declaraciones y suposiciones en casa del detenido, Paulo se las apaña para desplegar de modo natural una historia ambigua, fantasma, de perspectivas poliédricas, con claras reminiscencias al Akira Kurosawa de Rashomon. La naturalidad con que tiene lugar este malabarismo resulta verosímil, gracias sin duda a la naturaleza de la historia y al ajustado guión, pero también a un adecuado montaje. Por otro lado está bien pensado el móvil detectivesco que provoca la investigación, de modo que en general la conversación entre cliente y abogada no resulta artificial, y también sabe el director tomarse su tiempo e introducir dosificadamente los elementos principales para ir desenredando el ovillo. No se entiende, sin embargo, que en una película narrativamente tan cuidada se tomen algunas decisiones claramente erróneas o desconcertantes (la caracterización de uno de los personajes) o se introduzca alguna trampilla en el relato que podría haberse obviado. De cualquier forma, son defectos que no empañan en conjunto una estupenda película de intriga, de esmerada factura visual y con una potente banda sonora de Fernando Velázquez. El reparto está muy bien, aunque brillan especialmente las actrices Barbara Lennie y Ana Wegener, esta última seria candidata a ganar el Goya. Firma: Pablo de Santiago