Ficha: 115 min. | Drama | Biográfico Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: John Lee Hancock Intérpretes: Michael Keaton, Laura Dern, Linda Cardellini, Patrick Wilson, John Carroll Lynch, Nick Offerman, B.J. Novak, Steve Coulter, Catherine Dyer, Kimberly Battista, Justin Randell Brooke, Kate Kneeland 1954. Ray Kroc es un viajante, que recorre Estados Unidos a lo largo y a lo ancho tratando de colocar sus batidoras de varias cabezas con escaso éxito. Tampoco antes le ha ido mucho mejor vendiendo vasos, mesas plegables, o el producto que le parece que puede triunfar en el mercado. Cincuentón, con una paciente esposa que soporta sus frecuentes ausencias y sus quimeras, lo que no falta es entusiasmo y constancia. Un pedido inusual, 6 batidoras que se convierten en 8, le llevan a San Bernardino, quiere conocer “in situ” a su cliente. Resultan ser dos hermanos, Dick y Mac McDonald, que han ideado una hamburguesería que tiene gran afluencia de público: el servicio es ultrarrápido, se cuida la calidad, hay mil detalles que explican la buena acogida. Ray ve una posibilidad de negocio, crear franquicias, pero los McDonald firmarán un meditado contrato, no quieren que la cosa se le vaya de las manos, conceptualmente y en lo relativo a la calidad. Feliz asociación de John Lee Hancock, director, y Robert D. Siegel, guionista, que han ido a más en sus respectivos trabajos, el segundo también probando en la dirección. Hancock ha mostrado ya su gusto en películas basadas en personajes reales y genuinamente americanas, como las notables The Blind Side (Un sueño posible) y Al encuentro de Mr. Banks, mientras que Siegel firmó para Darren Aronofsky el libreto de El luchador. El fundador es una especie de parábola sobre Estados Unidos, con un ritmo formidable, que presenta la particularidad de que McDonald’s es una marca muy real, bien conocida y familiar en el mundo entero. Funciona como entusiasmante relato de lo que puede dar de sí una buena idea de negocio, la mentalidad emprendedora que ha hecho grande a los Estados Unidos; y al mismo tiempo no se deja de señalar el lado oscuro de las aventuras capitalistas en que se dejan jirones del alma, traicionando lealtades, sacrificando principios si es que alguna vez se tuvieron, la paradoja del individualismo atroz en que todo vale, o casi, a la vez que se ofrece trabajo, oportunidades y felicidad a miles y miles de personas. Resulta irónico el descubrimiento de que un equipo ideal para el negocio es el matrimonio bien conjuntado, y que se asegure que McDonald’s es para las familias, mientras tras esa fachada su principal impulsor tiene problemas y su particular visión de la cuestión. Verdaderamente ésta es una de esas películas que deberían proyectarse en las escuelas de negocios, por su eficacia narrativa –se explican estupendamente los problemas financieros y su resolución– y el debate que puede generar. ¿Qué es lo más importante para emprender? ¿La idea, el talento, la educación, la suerte, la constancia, de todo un poco? Visualmente es brillante, se aprovechan muy bien los populares arcos de McDonald’s, y es muy gráfica la primera explicación que hacen los hermanos de su negocio, con los planos cenitales de pizarra, la estudiada coreografía del restaurante, y el momento en que acompaña Kroc al piano a la esposa de un posible futuro franquiciado, con la melodía “Pennies from the Heaven” tiene algo de mágico. El reparto está muy bien escogido. Michael Keaton da el tipo de vendedor entusiasmante, al que acecha el fracaso, pero que tiene a su favor la perseverancia, nunca se rinde. A su lado, todos los demás actores vienen a ser secundarios, pero qué bien están Nick Offerman y John Carroll Lynch como hermanos McDonald de caracteres complementarios, Laura Dern como la gris esposa, Patrick Wilson y Linda Cardellini como un matrimonio que impulsa una nueva franquicia, B.J. Novak como un astuto consultor. Firma: José María Aresté