Nueva Iberia, Louisiana. El detective Dave Robicheaux (Tommy Lee Jones) sigue la pista de un asesino en serie, cuya debilidad son las chicas jóvenes. Mientras vuelve a casa, después de estar en la escena de un nuevo crimen, Dave conoce al “glamouroso” actor de Hollywood Elrod Syques (Peter Sarsgaard). Éste se encuentra en la ciudad rodando su nueva película, que está coproducida por Baby Feet Balboni (John Goodman), uno de los líderes locales del crimen organizado.
Es el propio Syques quien le cuenta a Dave que ha visto un cuerpo tirado en un pantano, el cadáver descompuesto y encadenado de un hombre negro. El descubrimiento saca a relucir recuerdos del pasado de Dave. Y tiene la sensación de que ambos casos están relacionados.Pero, a medida que Dave se acerca al asesino, el asesino también se acerca a Dave…y a su familia.
Director: Bertrand Tavernier
Intérpretes: Tommy Lee Jones, Peter Sarsgaard, John Goodman, Mary Steenburgen, Kelly MacDonald
Guión: Jerzy Kromolowski, Mary Olson-Kromolowski
Duración: 117′
Género: Thriller, Drama
Estreno: 11/03/2011
Público: +18
Valoración: ***
Contenidos (de 0 a 6): Humor 0 , Acción 4 , Amor 0, Violencia 6 , Sexo 4
Crítica
Sería de todo punto imposible reflejar aquí, ni que fuera una mínima parte, la amplia filmografía del acreditado director francés Bertrand Tavernier. A la edad de 14 años ya era un asiduo de la Cinemathèque, puesto que desde muy temprana edad ya decidió ser director de cine. En 1974 ya dirigió El relojero de Saint Paul, su primer largometraje, por el que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín y el Hugo de Plata en el de Chicago.
Finalmente, después de una larga sucesión de títulos, galardonados muchos de ellos con importantes premios, Tavernier ha hecho su primera incursión en el cine norteamericano con En el centro de la tormenta, incluido en la Selección Oficial del Festival de Berlín.
Conociendo la popularidad de la que gozan en los EE.UU. las novelas protagonizadas por el detective Dave Robicheaux, no dudó ni un momento en incorporar al famoso actor Tommy Lee Jones para interpretar este papel.
Tommy Lee Jones, ya protagonizó El Fugitivo en 1993, film por el que obtuvo el Globo de Oro y el Oscar al Mejor Actor de Reparto en 1994. Entre otros destacados títulos, en 2005, Tommy Lee Jones logró el galardón al Mejor Actor y Mejor Guión en el Festival de Cannes, por su película Los tres entierros de Melquíades Estrada. En 2007 fue nominado con el Oscar al Mejor Actor por En el Valle de Elah, de Paul Hagis, y así mismo nominado al BAFTA como Mejor Actor de Reparto, por su interpretación en la renombrada película No es país para viejos de los hermanos Joel y Ethan Coen.
El físico adusto y sobrio de este gran actor encaja acertadamente con la imagen del detective Robicheaux, protagonista de En el centro de la tormenta, ofreciéndonos una nueva y acertada imagen de sus brillantes facultades interpretativas.
Hay que destacar el manifiesto interés de Tavernier en situar el guión en una Louisiana gris, con las tristes y evidentes secuelas que el devastador huracán Katrina dejó en aquellas tierras, aspectos que la cámara de Bruno de Keyzer nos ofrece con notable fidelidad. También la decisión de retrotraerse a otras épocas, comparando hechos actuales con reminiscencias de la vieja guerra tribal norteamericana, ha privado obsesivamente en Bertrand Tavernier a la hora de diseñar esta nueva obra.
El desarrollo de la cinta, con casi dos horas de metraje, incide preferentemente en la denuncia de la corrupción de los poderes locales, el obsesivo maltrato y violación de la mujer y el resurgimiento del odio hacia la raza negra, como en épocas pretéritas y por desgracia todavía vigentes en algunos puntos de nuestro orbe. Como contraposición, la denodada e incorruptible obsesión del detective Robicheaux para descubrir y desterrar tan criminales actos.
En algunos momentos la película desvela por cierta lentitud su origen literario, aunque la acción se sigue con todo interés hasta su desenlace y será, sin duda, un título importante en la más reciente filmografía del famoso director.
Fuente: Joaquín Guitart
