Robert es un periodista encargado de escribir un libro sobre un sacerdote en proceso de canonización, Josemaría Escrivá de Balaguer. A pesar de la fría y casi inexistente relación que mantiene con su padre, se pone en contacto con él a su llegada a Madrid para preguntarle por el protagonista de su libro. Ambos eran amigos de infancia y sus destinos se cruzaron en diversas ocasiones, sobre todo en el intenso drama que supuso la guerra civil española. El relato de Manolo cambiará la vida de su hijo.

Director y Guión: Roland Joffé

Intérpretes: Charlie Cox, Wes Bentley, Dougray Scott, Unax Ugalde, Ana Torrent, Rodrigo Santoro, Olga Kurylenko, Jordi Mollà, Geraldine Chaplin.encontraras_dragones_C

Duración: 110′

Género: Drama

Distribuidora: Aurum Producciones

Estreno: 25/03/2011

Público: +12

Valoración: ****

Contenidos (de 0 a 4): Acción 2, Amor 3, Lágrimas 2, Risas 0, Sexo 0, Violencia 1

Crítica

Roland Joffé, tras dos excelentes películas, Los gritos del silencio y La misión, vio cómo su carrera se desinflaba progresivamente. Vuelve a alzar el vuelo con este arriesgado film, que aborda la figura de un personaje histórico, el fundador del Opus Dei, cuya vida discurre paralela a la de otro personaje creado para la ocasión, Manolo Torres, que habría sido buen amigo de la infancia. Tal recurso y el de la indagación periodística sirven para deslizarse del presente al pasado, y reflexionar sobre las distintas reacciones que se pueden dar a las situaciones duras que trae consigo la vida. Pueden entonces alzarse los «dragones» -feliz y hermosa expresión de Joffé, destinada a perdurar en el imaginario colectivo- que conducen a una espiral de odio y violencia, o ser dominados éstos por una respuesta basada en el amor y el perdón, respaldada por las convicciones religiosas.

La película, de indudable tirón popular y amplio lienzo épico que se nota en su esfuerzo de producción, tiene el mérito de no tratar de ajustar cuentas guerracivilescas, aquí la dialéctica de vencedores y vencidos brilla por su ausencia, no se entra a ese trapo. Tenemos en cambio los dramas personales, y el pensamiento de que hay que procurar ponerse en la posición del otro. Aunque pueda reprocharse alguna situación folletinesca -especialmente en los pasajes de los milicianos republicanos-, domina la emoción pura y dura, una narración vibrante, que conduce al catártico e impactante desenlace.

Hay un gran acierto en el reparto, incluso los papeles pequeños –Derek Jacobi, Unax Ugalde, Jordi Mollà, Ana Torrent…- llaman la atención. Pero sobresale Charlie Cox, que supera con nota el desafio de encarnar a un santo del que existen abundantes filmaciones. Quizá sea Wes Bentley el que lo tiene más difícil, por el carácter de su Manolo, continuamente crispado y con caóticas motivaciones a lo largo de la trama, sobre todo en su relación con la estupenda Olga Kurylenko.

El film supone el regreso estelar de Joffé, superproducción que narra una historia muy humana, intensa y emocionante, que se ajusta perfectamente a sus prioridades. Tanto se ha implicado Joffé en el proyecto que, además de dirigir, firma el guión y ejerce de productor, siendo la primera vez que aúna esa triple dedicación en una sola película. Destaca la sólida y verosímil puesta en escena -hay en la producción un equipo artístico superoscarizado que incluye al diseñador de producción Eugenio Zanetti, al compositor Stephen Warbeck y a la diseñadora de vestuario Yvonne Blake-, y aunque el color ocre cuando la historia se remite al pasado puede resultar una elección obvia, hay un tratamiento muy inteligente de la fotografía, diferente según la época en que discurre la acción.

Un esquema que funciona

ARGENTINA - CINERoland Joffé repite el esquema de sus películas más celebradas y asegura de esa forma el éxito. El ritmo no decae y el contenido atrapa desde el comienzo. Además de fundamentar su argumento en elementos históricos y en muchos personajes reales (sobre todo en el fundador del Opus Dei), el director vertebra todo el guión sobre la vida de sus dos protagonistas, Josemaría y Manolo, de modo que el espectador va siguiendo sus diferentes trayectorias, al estilo de las que vivían Sam Waterson y Haing S. Ngor en Los gritos del silencio o Robert de Niro y Jeremy Irons en La misión. Tal elección logra que el espectador acreciente el interés por cada línea argumental, de modo que pueda sacar sus propias conclusiones acerca de los itinerarios vitales de los personajes y sobre los deseos y decisiones que marcaron su futuro. Pero, además, la trama se actualiza con una tercera línea narrativa, la que recoge en el presente las indagaciones de Robert y las tribulaciones de su anciano padre.

Más allá de la guerra civil

El grueso de la historia está ambientado en la convulsa época de la guerra civil española, pero al revés que en otras producciones Encontrarás dragones no se convierte de ese modo en una película más «sobre la Guerra Civil». La atmósfera bélica no deja de ser un marco, aunque un marco ideal eso sí, para abordar la complejidad de los conflictos que viven los protagonistas, los cuales hacen que el film sea más bien una exploración sobre el corazón humano, sobre su grandeza y su mezquindad, y sobre los dones de la libertad y de la fe en Dios, elementos que nos hacen verdaderamente humanos.

Es, pues, una película de personajes, un film de hondo contenido antropológico, que, a través de una historia conflictiva de amistad y rencor, de odio y perdón, de relaciones paternofiliales, de fe y amor, ayuda a preguntarse por el sentido de la vida, y por  aquellas cosas que verdaderamente merecen la pena. Con sumo acierto ha definido su obra Joffé al decir que «Encontrarás dragones trata sobre el perdón, el saber ponerte en la piel del otro y luchar por ser humilde para salir de ti mismo y ser capaz de lograr la reconciliación».

El personaje real

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El film ofrece sin duda un especial interés debido a que retrata una figura histórica de gran proyección, no exenta de polémica. Josemaría Escrivá nació en Barbastro (Huesca) en 1902. Se ordenó sacerdote en 1925 y, en octubre de 1928, mientras se encontraba en unos ejercicios espirituales en Madrid, fundó el Opus Dei. Según Dios le hizo ver al joven sacerdote, la santidad no era cosa de curas y frailes, sino que era deseada por Dios para todas las personas -solteros, casados, viudos, sacerdotes, enfermos y sanos, ricos y pobres, etc.-, enseñanza que más tarde encontraría eco en el Concilio Vaticano II.

El film de Roland Joffé recoge sobre todo la época en que Josemaría Escrivá y unos pocos fieles del Opus Dei lucharon por sobrevivir durante la Guerra Civil española. Josemaría Escrivá murió en Roma en 1975 y el 6 de octubre de 2002 fue canonizado en la Plaza de San Pedro por el Papa Juan Pablo II.

Fuente: DeCine21