La 2 (22.00h) 113 min. | Drama Público apropiado: Jóvenes Año: 2015 País: Alemania, Francia, Japón Dirección: Naomi Kawase Intérpretes: Masatoshi Nagase, Kirin Kiki, Kyara Uchida, Miyoko Asada, Etsuko Ichihara, Miki Mizuno   Sentaro (Masatoshi Nagase) trabaja en un humilde negocio Tokio. Cada día acude a una pequeña caseta en donde prepara un dulce típico del país, el dorayaki, que sirve en silencio a los pocos clientes que lo solicitan. Un día una singular anciana llamada Tokue (Kirin Kiki) le pide trabajo y le asegura que podrá cocinarle muy bien el anko, las pasta de judías con que se rellenan los dorayakis. Sentaro se queda atónito ante tal petición, pero las palabras favorables de una jovencita (Kyara Uchida), cliente habitual, y el delicioso anko que prueba de manos de la anciana, le empujan a contratarla. Los clientes no tardarán en agradecer el cambio, y entre el hombre, la anciana y la jovencita se establecerá un vínculo especial. Delicada película japonesa de la directora Naomi Kawase (1969), de amplia trayectoria en su país y dada a conocer en occidente a raíz de su film Aguas tranquilas. Con parsimonia oriental va desplegando su historia Kawase, autora también del guión, escrito a partir de la novela de Durian Sukegawa. Presenta así a sus personajes con pocas palabras, con sugerencias más que con hechos, trozos de vida en donde apenas se incoan dolores del pasado, sufrimientos interiores. Porque los tres personajes guardan eso en común; el de haber sufrido el zarpazo de la soledad, de no encontrar su propio camino.  Con un rodaje sin alardes técnicos, Kawase logra acercar su mundo al espectador, un mundo que habla a gritos de la injusticia y del dolor, y de cómo, paradójicamente, gracias a él las almas de los enfermos pueden captar la realidad, el mundo, su belleza, con una sensibilidad extraordinaria. Hay en el que sufre la capacidad de ofrecerse a los demás, un ojo especial para captar la tristeza ajena, para comprender y así acompañar, y poner alegría donde sólo hay desasosiego. “Lo importante en llenar de sentido la vida de los demás”, se dice en el film. Y no importa la edad para esa sabiduría.  Aunque de modo sobrio, velado, de nuevo una película que toca el tema pecuniario sirve para conectar a las personas, para llenar los huecos que faltan y para mostrar la riqueza de la vida. Firma: Pablo de Santiago