La búsqueda de los Horrocruxes continúa por parte de Harry, Ron y Hermione. Cada vez están más cerca, pero también cada vez Voldemort estrecha más el cerco sobre Hogwarts y los que le son contrarios. Todo apunta hacia un duelo final entre el Señor Oscuro y su joven contrincante.

Director: David Yates

Intérpretes: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Ralph Fiennes, Brendan Gleeson, David Thewlis, Alan Rickman, Imelda Staunton

Guión: Steve Kloves

Duración: 130´

Género: Aventuras, Fantasía

Estreno: 15/07/2011

Público: +12

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6): Humor 2 , Acción 5, Amor 0 , Violencia 3 , Sexo 0

Crítica

Segunda parte del mismo film que se estrenó en noviembre de 2010. Rodado de una vez, los 280 minutos conjuntos que dura se dividieron en dos películas para cubrir la longitud del libro séptimo, que cierra esta exitosa saga de J. K. Rowling.

Poco puede añadirse a lo ya dicho a lo largo de esta década potteriana. Los diversos directores han puesto su sello personal (como Alfonso Cuarón) o bien se han escondido para dar paso a una versión más anónima pero visualmente atractiva (Chris Columbus, Mike Newell o David Yates); y todos ellos muy bien acompañados por Steve Kloves como guionista de casi todas (menos La Orden del Fénix, escrita por Michael Goldenberg).

Las reliquias de la muerte (2ª parte) lleva al espectador por un agitado sendero de escenas de acción, batallas y enfrentamientos que logran agotar la vista y desear aún más el final. No obstante, no puede decirse que no estén conseguidas, como el envolotorio mágico que sigue siendo verosímil y clave del encanto externo de la saga de películas.

Todo lo anterior es lo más característico de un film que ya no habla mucho de los personajes y se dedica a cerrar sus arcos de transformación con pequeños secretos escondidos o sorpresas de tipo más emotivo. A pesar de esto, para muchos espectadores gran parte de las escenas sentimentales o los momentos escatológicos serán algo forzados y poco sentidos, con falta de profundidad, quizá por la prisa que tiene el guión en cerrar esos diez años de mitología. Una mitología que no elude lo que todo héroe clásico debe experimentar para culminar su trayectoria: una vivencia que el cine fantástico es muy hábil en representar y que siempre tiene su punto mesiánico.

Se cierra un ciclo en presente, de una narrativa que ya se había convertido en perdurable en sus mismos inicios.

Fuente: Lourdes Domingo