Director: Robert Schwentke

Intérpretes: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Naomi Watts, Ansel Elgort, Miles Teller, Zoë Kravitz, Jai Courtney, Ray Stevenson, Octavia Spencer

Duración: 119 min.

Público: Jóvenes-adultos (VS)

 

Quizás esté equivocada, pero creo que entre los peligros que corremos los críticos, uno no pequeño es sentarnos en la butaca como si fuéramos el oráculo de Delfos y juzgar películas con tanta solemnidad como si el futuro de la Humanidad dependiera de nuestras palabras. Hay veces que en la imaginación visualizo a algunos críticos como Nerón en el circo romano: de su dedo cuelgan vidas humanas… así que hay que pensarse dos veces si se sube o se baja la dichosa falange.

Con esto no estoy defendiendo la frivolidad, ni hacer depender el juicio sobre un producto del panorama actual de la cartelera, haciendo una especie de simplista campana de Gauss. Simplemente defiendo algo tan sencillo como que no se puede juzgar igual una comedia que un drama, una película infantil que una adulta. Cuando se estrenó la primera película de esta saga, un crítico la comparó con una hamburguesa… y creo que la comparación es acertada. Divergente es fast-food en esencia: un producto comercial de entretenimiento dirigido a un público joven. El menú de estas cadenas es bastante básico y normalmente siempre el mismo (tengo una buenísima amiga con la que siempre me río recordando el momento en el que a su padre se le ocurrió pedir un consommé en gelée en VIPS: el camarero le dijo que a lo mejor tenía alguna sopa y era cuestión de añadir unos cubitos de hielo). A Insurgente no se le pueden pedir peras. Se le puede pedir acción, entretenimiento, personajes medianamente bien dibujados e historias que no traten al joven como si fuera retrasado. Y si le pedimos eso, la película cumple.

La segunda parte de esta saga, que empieza donde la primera terminó, cuenta las peripecias de Tris para evitar la persecución de la malvada Jeanine, empeñada en abrir una misteriosa caja que encierra un trascendental secreto y que solo puede abrir una divergente-pura raza.

La cinta es superior a la primera, con algo más de acción y una parte –la que cuenta las diferentes simulaciones que tiene que superar la protagonista– muy entretenida y más conseguida que el resto. Se le pueden poner mil pegas; creo que la principal es que falta desarrollo de personajes, probablemente porque falte en la novela, pero la narración está bien llevada (en los mandos del guion hay un experto) y es una cinta cuidada y bien interpretada: en resumen, no es una película que prometa más de lo que da, pero tampoco da mucho menos.

Decía antes que no se puede comparar Insurgente con Calvary, por poner un ejemplo (y aprovechar de paso para volver a nombrar una de las mejores películas de la temporada); lo que sí puede hacer el crítico es comparar a los semejantes. Divergente es un producto menor, menos ambicioso, menos cuidado y peor escrito que Los Juegos del Hambre (saga a la que mira descaradamente por el rabillo del ojo). Tris no es Katniss ni de lejos (y no hablo de interpretaciones porque en este caso quien da la fuerza es sobre todo el texto, no el actor), ni el universo de Verónica Roth tiene la riqueza del creado por Suzanne Collins. Tampoco puede presumir Divergente del plantel de secundarios de Los Juegos del Hambre. Y, sin embargo, Divergente sale ganando de calle si la comparamos con títulos como Crepúsculo, La huésped o Cazadores de sombras. Si, por último, la comparamos con las sagas tipo Federico Moccia (que llevan también la etiqueta de cine juvenil) entenderán de sobra que le ponga un Bien… y alguno incluso –ante la amenaza de Moccia– me pedirá un Notable.

Firma: Ana Sánchez de la Nieta