Ficha: 122 min. | Acción | Thriller Público apropiado: Jóvenes-adultos Año: 2017 País: EE.UU. Dirección: Chad Stahelski Intérpretes: Keanu Reeves, Ruby Rose, Bridget Moynahan, Ian McShane, Peter Stormare, Laurence Fishburne, John Leguizamo, Thomas Sadoski, David Patrick Kelly, Common Tras vengarse de la muerte de su esposa y de su perro, el antiguo asesino a sueldo John Wick intenta regresar a la tranquilidad de su retiro. Pero un líder mafioso le hará una oferta que no podrá rechazar, así que irá a Roma para matar a la hermana de éste, que una vez desaparecida ocupará su sillón en una organización de capos. Tras varios años de capa caída, Keanu Reeves logró un extraordinario éxito en taquilla, sobre todo en Estados Unidos, con John Wick. Supuso el debut como realizador de Chad Stahelski, coordinador de especialistas de Matrix. El dúo vuelve a hacer tándem en la secuela, a la que se ha apuntado también –para un papel muy secundario– Laurence Fishburne, que fue Morfeo en la saga de ciencia ficción. Si en la anterior ya se notaba demasiado la procedencia del realizador, esta segunda parece concebida para enseñársela a los de su gremio, pues consiste en una sucesión de interminables secuencias de acción, y poco más. Quienes se aburran si éstas duran más de tres minutos no encontrarán mucho más en el film. Salvo por un par de golpes de humor, los diálogos son bastante lacónicos, por lo que se desaprovecha a actores tan solventes como Ian McShane, John Leguizamo o Bridget Moynahan. Si Reeves se hubiera rapado el pelo, John Wick. Pacto de sangre no se diferenciaría demasiado de cualquier film de Jason Statham, y si se deja coleta parecería una de Steven Seagal. Para alegría de los incondicionales, el final parece dejar abierta la puerta a una tercera entrega. Firma: Juan Luis Sánchez