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  • 141 min. | Acción | Comedia
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Año: 2017
  • Países: EE.UU., Reino Unido
  • Dirección: Matthew Vaughn
  • Intérpretes: Taron Egerton, Colin Firth, Halle Berry, Channing Tatum, Julianne Moore, Mark Strong, Jeff Bridges, Vinnie Jones, Sophie Cookson, Pedro Pascal
  • Argumento: Dave Gibbons (personajes), Mark Millar (personajes)
  • Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn
  • Música: Henry Jackman, Matthew Margeson
  • Fotografía: George Richmond
  • Distribuye en cine: Fox

 

Con los primos americanos

Por José María Aresté (decine21.com)

 

Más grande, más espectacular, con efectos especiales aún más elaborados, no significa necesariamente mejor. En 2014 Matthew Vaughn aportó con Kingsman: Servicio secreto un poco de frescura al subgénero de las películas de espías estilo James Bond adaptando un cómic de Mark Millar y Dave Gibbons, con agencia secreta privada dedicada a salvar el mundo. La tapadera de la sastrería de trajes a medida Kingsman, una relación mentor-discípulo representada por un veterano agente y el recién llegado, hijo de un agente muerto en acto de servicio, y el tono iconoclasta y gamberro funcionaban razonablemente. Ahora se intenta repetir la jugada, y el resultado es, decididamente, menos brillante.

 

La idea es jugar con Poopy (Julianne Moore), una maníaca lideresa de un cártel del narcotráfico, el Círculo de Oro, que tiene sus horteras cuarteles generales en la más recóndito de la selva camboyana, y ha ideado un maléfico plan para hacer legal su negocio, con un chantaje que podría acabar con la vida de millones de personas. El joven Eggsy (Taron Egerton), que sigue su noviazgo con la princesa sueca Tilde (Hanna Alström) y usa el alias Galahad de su antiguo mentor (Colin Firth), va a ser testigo de cómo su agencia es destruida casi al completo. Lo que le obliga a contactar, ayudado por Merlin (Mark Strong), con sus «primos» americanos de Kentucky, Statesman, otra agencia que usa como tapadera una destileria de whisky. Todos sumarán esfuerzos para afrontar la amenaza planteada por Poppy.

 

El film arranca con una escena espectacular de persecución automovilística y pelea en el interior de un coche, que supone un verdadero alarde técnico. Pero éste es viene a ser el principal problema del film, la acumulación de escenas de acción brilantes, pero que acaban resultando cansinas, se trata de un barroquismo apabullante, que incluye perros-robots, látigos eléctricos, guantánamos de drogatas, brazos de cyborg… También hay un exceso de actores desaprovechados en roles de limitado interés, Channing Tatum, Halle Berry o Jeff Bridges, por citar a tres. Aunque en este sentido se lleva la palma Elton John interpretándose a sí mismo: la broma de un cameo habría podido pasar, pero su reiterada presencia no resulta muy divertida.

 

Por otro lado, como el humor negro o las situaciones picantes dejan de ser una sorpresa, la escena de la hamburguesa, o la «delicada» misión de implantar un micrófono a una chica despampanante, parecen concebidas para plegarse al guión, introducidas por tanto sin demasiada habilidad o gracia.

 

Entiéndase bien, la película es entretenida, y da más o menos lo que promete, pero sabe un poco a decepción, falta capacidad de riesgo, y desde luego arremeter contra el presidente de Estados Unidos a estas alturas no parece precisamente un acto de coraje.