Ficha: 100 min. | Drama | Bélico Público apropiado: Jóvenes-adultos Año: 2015 País: Alemania, Dinamarca Dirección: Martin Zandvliet Intérpretes: Roland Møller, Louis Hofmann, Joel Basman, Mikkel Boe Følsgaard, Laura Bro, Oskar Bökelmann, Emil Belton, Oskar Belton, Leon Seidel, Karl Alexander Seidel, Maximilian Beck, August Carter, Tim Bülow, Alexander Rasch, Mette Lysdahl 1945. Al término de la II Guerra Mundial, millones de minas permanecían enterradas en la costa occidental de Dinamarca. Miles de soldados alemanes fueron obligados a desactivarlas. La mayoría de ellos murieron o quedaron seriamente mutilados. Esta es la historia de un pequeño grupo de ellos, prácticamente unos niños, que son destinados a una playa bajo el mando de Carl Rasmussen, un rudo sargento danés que alimenta un enorme resentimiento contra los nazis. Allí, en condiciones inhumanas, serán obligados a desactivar las minas. Impactante película, coproducción germano-danesa, que habla con explicitud de las terribles consecuencias de la II Guerra Mundial, del odio generado y de las represalias que provocó. El danés Martin Zandvliet, que hasta el momento sólo había dirigido dos obras de ficción sobre el mundo de la interpretación, Applaus y Dirch, cambia totalmente de tercio al escribir y dirigir un relato de sesgo histórico y de temática muy dura, que nos traslada a las costas danesas para mostrar el nivel de odio y de sinrazón que puede albergar el ser humano arrastrado por el dolor de la guerra. Comprendemos el sentimiento de revancha que se apodera del sargento Rasmussen al término del conflicto –su presentación es modélica, brutal y directa– y cómo se siente empujado a despreciar a los jóvenes que han sido puestos a su cargo para desactivar miles de minas ocultas la playa. No se ocultan las vejaciones y la total ausencia de aprecio por la vida humana de los “nazis”, aunque sean sólo unos niños (esa sonrisa de la granjera, la ausencia de comida, las humillaciones de los oficiales). Pero, al fin, todos somos seres humanos, y día a día, muerte a muerte, esa verdad se irá imponiendo por la fuerza de los hechos. El guión de Land of Mine. Bajo la arena sabe humanizar poco a poco a los personajes –el sargento y los chicos–, aunque sin ofrecer un ápice de sentimentalismo. Cada uno tiene sus planes para el futuro y soporta la tortura con el deseo de regresar a casa algún día, de ver a sus padres, si aún viven. Prenda de esa esperanza puede ser una crucecita al cuello, unas horas de descanso, el recreo de unos adolescentes como tantos otros. El director no descuida en este sentido las distintas personalidades, bien dibujadas: ahí están los sensibles gemelos Lessner, el más rebelde Helmut, el cabal Sebastian, etc., al igual que transmite de forma extraordinaria las dudas, contradicciones y resoluciones de Rasmussen, siempre creíble, siempre humano. La película no ahorra momentos de gran crudeza y Zandvliet sabe “jugar” con las minas para mantener al espectador con una inquietud constante, de modo que la brutalidad de los hechos nunca se olvide. Rodada prácticamente en un par de localizaciones, la presencia del sol, la blancura de la playa, la luminosidad de Jutlandia, son un continuo contraste con la oscura historia que se está narrando. El reparto hace un gran trabajo, pero destacan las interpretaciones de Roland Møller (Rasmussen) y del joven Louis Hofmann (Sebastian). Firma: Pablo de Santiago