Ficha técnica:

Una película sobre un náufrago adolescente que, irregular en su ritmo, ofrece un relato muy cercano, más profundo de lo que parece y conmovedor.

A partir de la novela de Willy Vlautin, Andrew Haigh escribe y dirige una historia de educación sentimental comprometida con los tiempos que corren.

Este cineasta inglés, que demostró bastante capacidad de introspección vital en 45 años, construye aquí un relato que sorprende por lo poco convencional de su estructura cinematográfica, pero que convence por la cercanía y verismo con que se acerca a un náufrago adolescente.

En cuento a lo primero, Haigh deja de lado una división clara en tres actos y permite que Charlie lidere tres películas que reinventan espacios y secundarios en cada uno de sus tramos.

Aunque quede más claro que el segundo tramo se dibuja como una road-movie, en realidad, todo el film reclama tanto los tópicos del western (naturaleza desértica, un caballo, el camino y los peligros amenazantes) como los del relato tradicional (el niño solo en el mundo, sin padres, y a la caza de un benefactor, entre los que encuentra también “brujas” y protectores).

Con todo esto, y en medio del drama continuo que vive el protagonista y de los cambios de ritmo en el guion, salen a la luz cuestiones que vale la pena considerar. La soledad del adolescente y la añoranza de cuidar y de ser cuidado. Su continua mirada hacia el mundo en clave de hogar añorado (algo muy del western y del cuento infantil): de cada personaje se revela su situación familiar directa o indirectamente, casi siempre, cuestionado por Charlie; el vínculo con Lean on Pete como sustituto de esas relaciones ausentes…

Por todo esto y, a pesar de que Haigh debe forzar en algunos tramos los diálogos (Charlie hablando con Lean on Pete), la película logra su cometido. Meter al espectador en lo que siente y necesita ese Charlie Thomson que somos o hemos sido cualquier de nosotros. Un Charlie, por cierto, aquí interpretado por otro Charlie, Plummer, que demostró en Todo el dinero del mundo que aguanta protagonismo sin ser un actor de grandes aspavientos.