Ocho_apellidos_catalanes-640444128-large Ficha: 98 min. | Comedia Público apropiado: Jóvenes-adultos Año: 2015 País: España Dirección: Emilio Martínez Lázaro Intérpretes: Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi, Karra Elejalde, Berto Romero, Rosa Maria Sardà, Belén Cuesta   Ocho apellidos vascos conectó con los espectadores españoles, incluso con los más reacios al cine patrio, por su visión amable de las diferencias autonómicas, y porque hacía reír. Logró lo que parecía poco probable, superar a Lo imposible como la película española más taquillera de todos los tiempos. El director Emilio Martínez Lázaro ha tardado poco más de un año en tener lista una secuela para aprovechar el fenómeno, esta vez incorporando al partido a Cataluña, aunque en cierta manera se la jugaba, pues el film se estrena en el período más conflictivo por la cuestión independentista. No ayuda que el film sea un poco más subido de tono que su predecesor, quizás por influencia de Martínez Lázaro, responsable de El otro lado de la cama, al que el original sólo le cayó de encargo. Aún así el realizador sale airoso, gracias a los guionistas, de nuevo Borja Cobeaga y Diego San José, que consiguen un arreglo eficaz con cuidado a la hora de sacarle punta a los tópicos localistas. Aunque esta vez ninguno de sus gags se recuerda más allá de la salida del cine, y no todos los elementos están bien aprovechados, sí que arrancan algunas risas, en momentos como el que tiene lugar en la madrileña estación de Atocha, el bar donde se reparte jamón… Si en la primera echaron mano de Bienvenidos al norte como referente, aquí han recurrido como inspiración a la alemana Good Bye, Lenin!, para dar lugar a una subtrama en la que el novio monta un guirigay para hacer creer a su anciana abuela que Cataluña ya se ha independizado. Precisamente este último personaje brilla entre los recién llegados, por el talento de Rosa María Sardà, muy por encima de los eficaces, y poco más, Berto Romero y Belén Cuesta. A su lado, vuelven a sacarle tajada a sus personajes Clara Lago, Karra Elejalde, Carmen Machi y sobre todo un Dani Rovira que parece tener espontaneidad para rato. Juan Luis Sánchez