Ficha: 105 min. | Acción | Thriller Público apropiado: Adultos Año: 2017 País: España Dirección: Iñaki Dorronsoro Intérpretes: Alain Hernández, Javier Gutiérrez, Luis Tosar, Alba Galocha, Itziar Atienza, Florín Opritescu, Mario de la Rosa, Tomás del Estal, Israel Elejalde, Jaroslaw Bielski, Inés Sajara La policía sigue la pista a una banda de atracadores, de la que tienen noticia de que se ha podido quedar sin su experto en cajas fuertes, motivo por el cual deben permanecer en máxima alerta acerca de a quién podrían fichar. Y en efecto, el meticuloso y solitario Víctor, que suele trabajar por libre, es requerido por unos mafiosos de la Europa del Este, para ejecutar un golpe en la cámara acorazada de un banco. Pero antes le someten a diversas pruebas, para asegurar su lealtad. El thriller español confirma su excelente estado de salud en este film, segundo largometraje de Iñaki Dorronsoro, director y guionista, rodado una década después de su prometedor debut La distancia. El cineasta demuestra que se desenvuelve a la perfección en ambas facetas. En lo referente al libreto, logra romper el saque al espectador en unas cuantas ocasiones, que no es cuestión aquí de destripar. Simplemente apuntaré los giros sorprendentes, que dirigen la trama de pronto por caminos imprevistos, con el consiguiente abandono de los que habíamos imaginado. Se diría que Dorronsoro tiene una deuda con el polar francés, a veces hace pensar en Jean-Pierre Melville, y claro, en tal caso, el lacónico Alain Hernández sería su Alain Delon. Porque crea personajes, Víctor nos interesa, también sus razones misteriosas, que le llevan incluso a rechazar a la hermosa chica que le envían para pasar la noche; a ella le da vida con convicción Alba Galocha, una actriz con clara proyección. Y lo mismo el soplón Rápido, muy bien interpretado por Javier Gutiérrez, que tiene momentos memorables, compartidos con Hernández, gracias a los vínculos que les han llevado a colaborar. También Luis Tosar sabe componer al policía huyendo de estereotipos. Las relaciones entre unos y otros personajes, que en algunos casos se desvelan en su integridad avanzado el metraje, están bien tejidas, tienen sentido, y justifican posteriores acciones y decisiones. Las películas de robos suelen destacar por el modo en que se resuelven fílmicamente los pasajes de dichos robos. Y aquí también Dorronsoro demuestra talento, tanto en los preparativos, como en los pasajes en la entidad bancaria y en la cámara acorazada, de gran tensión, con elementos que dejan paso al componente humano, y con sorpresas. El final, modélico, permite diversas lecturas. Firma: José María Aresté