Ficha: 116 min. | Biográfico | Drama Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: España Dirección: Pablo Moreno Intérpretes: Raúl Escudero, Elena Furiase, Miguel Berlanga, Ainhoa Aldanondo, Alejandro Arroyo, Gladys Balaguer, Javier Bermejo, Fran Calvo Tras Un Dios prohibido, el director Pablo Moreno vuelve a entregar una sólida película sobre la persecución religiosa en la Guerra Civil española. Se agradece la valentía con que se enfrenta a unos hechos reales deleznables que costaron la vida a miles de sacerdotes, y en este caso al jienense Pedro Poveda (1874-1936), canonizado en 2003 por Juan Pablo II. Moreno estructura su película a modo de flashbacks, al hilo de la propia historia que narra Poveda a sus carceleros mientras espera su martirio durante una noche de agosto que iba a ser la última de su vida. Dos hitos en su biografía se recrean especialmente en la película. El primero, cuando siendo joven sacerdote en Guadix dedicó su atención pastoral a los más humildes, los pobres habitantes de la cuevas situadas a las afueras de la ciudad. El segundo, y al que se dedica la mayor parte del metraje, la fundación de la Institución Teresiana, asociación educativa internacional presente en la actualidad en más de 30 países. La intención de Poveda de impulsar la educación gracias a la formación de profesorado cristiano, especialmente femenino (con lo que eso significaba por los derechos de la mujer), fue una iniciativa poco entendida en esos tiempos convulsos y descreídos. Hubo por tanto de enfrentarse a la incomprensión, no sólo del mundo anticatólico sino incluso de parte de un sector de la jerarquía eclesial que no supo apreciar sus brillantes aportaciones. La película, en este sentido, deja huella al mostrar la talla humana y espiritual de Poveda, que durante toda su vida ayudó incansablemente a los necesitados y combatió la injusticia sin atender a signos políticos. Esto hace que los pasajes de Guadix sean quizá los más logrados. Pablo Moreno filma con oficio, con un elegante manejo de la cámara y una estudiada planificación. Tal pericia compensa algunos defectos menores que denotan la falta de medios, como la casi total ausencia de extras, un maquillaje deficiente y simplificaciones excesivas en el guión. En el apartado interpretativo el actor Raúl Escudero hace un esforzado trabajo como protagonista, pero quien brilla más por su naturalidad es Elena Furiase en su papel de Pepita Segovia, la principal colaboradora de Poveda. Firma: Pablo de Santiago