Ficha técnica

Edad: Jóvenes (+12 años)

Director: Wes Anderson

Guionistas: Jason Schwartzman, Kunichi Nomura, Roman Coppola, Wes Anderson

Género: Animación, Comedia, Drama

País: Alemania, EE.UU.

Lenguaje: Coloquial

 

En este film, recuperamos lo mejor de Wes Anderson y su capacidad para crear mundos originales que nos hablen a fondo del nuestro. Una perfecta animación en stop-motion que se convierte en una nueva y preciosa leyenda.

Cuatro años después de El gran hotel Budapest, Wes Anderson estrena su novena película y la segunda en animación stop-motion. Si ya fue soberbia Fantástico Sr. Fox, aquí, y con el mismo director de fotografía, se supera en el tratamiento más físico de las casi mil marionetas, en su filmación y en una historia que toca varias teclas de interés.

Para la parte argumental, Anderson ha ido sobre seguro y ha formado equipo con colabores y amigos habituales. Desde Roman Coppola (Moonrise Kingdom, Viaje a Darjeeling), pasando por Jason Schwartzman (Viaje a Darjeeling) hasta Kunichi Nomura (actor presente en El gran hotel Budapest), los cuatro han demostrado que todavía se puede abundar más sobre la infancia que se pierde y la soledad que se siente en el mundo injusto de los adultos.

Al gran detallismo de los escenarios, elaborados con esmero y bien escogidas referencias artísticas, se suman otros aspectos que –lejos de convertir el film en un pastiche– encajan con coherencia visual y también narrativa. La confesa pasión de Anderson por el cine nipón y, especialmente, por Akira Kurosawa y algunos grafismos propios del cómic se habitúan al sentido del humor del cineasta. Y es que, entre drama y drama (que conecta en un terreno más simbólico con la denuncia de algunas catástrofes humanitarias), el director texano alardea de sus arbitrarias pero justificadas salidas surrealistas.

Cabe decir que, en ambos sentidos (el dramático y el cómico), el tratamiento del sonido y la música de Alexandre Desplat, inspirada en los tambores taiko acompañados de instrumentos inusitados, juegan un papel no solo de refuerzo sino de fuerte caracterización.

En definitiva, una nueva leyenda, que recupera lo mejor de Wes Anderson y su capacidad para crear mundos originales que nos hablen a fondo del nuestro.