Ficha: 111 min. | Comedia Público apropiado: Jóvenes-adultos Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: John Hamburg Intérpretes: Bryan Cranston, James Franco, Zoey Deutch, Adam DeVine, Megan Mullally, Keegan-Michael Key, Andrew Rannells, Griffin Gluck, Zack Pearlman, Casey Wilson, Steve Aoki Comedia navideña gamberra que, por esos caprichos difíciles de entender de las distribuidoras, se estrena en cines en España terminada la Navidad. Si bien, admitámoslo, la cuestión navideña es un telón de fondo con escasa presencia. El matrimonio Fleming, Ned y Barb, se lleva una sorpresa monumental cuando, celebrando el cumpleaños de él, conectan con su hija universitaria Stephanie por Skype para recibir su felicitación. De sopetón se enteran de que tiene novio desde hace meses, y de que se trata de un tipo bastante… desinhibido, por decirlo suavemente. En medio de una acuciante preocupación profesional –el negocio de imprenta de Ned no marcha demasiado bien en un mundo donde internet y las nuevas tecnologías mandan–, son invitados, con su hijo adolescente Scotty, a pasar la Navidad con Stephanie. De ese modo podrán conocer a Laird Mayhew, que resulta ser un multimillonario empresario tecnológico, muy mal hablado y excéntrico, pero claramente enamorado de Stephanie. En la producción tenemos los nombres de Ben Stiller y Shawn Levy, en el guión ha metido mano el actor Jonah Hill, tras la cámara está John Hamburg, que fue guionista de Los padres de ella y secuelas. Para el conocedor, estos datos pueden ayudar a hacerse una idea del tono del film, con situación familiar donde los candidatos a suegros no están demasiado felices con el zafio novio de su hijita, su princesita, tan mona, tan encantadora, con tan buen corazón, y que podría tener a quien le diera la gana como marido, ha elegido a quien ven como un auténtico impresentable. La cinta, tontorrona y de buenos sentimientos, con esa moralina que a veces suena a pura convención, es claramente irregular, con demasiados chistes procaces de gracia escasa, que tanto daño han hecho a la comedia americana antaño sofisticada, la sombra de los Farrelly y Apatow es alargada, y la frivolidad con que se habla de sexo y droga resulta no sólo irresponsable, sino cansina. Pero también hay algún momento divertido, y Bryan Cranston demuestra tener dotes para el género, lo que ya sabíamos de James Franco, que tiene algunas bromas divertidas con Keegan-Michael Key, emulando sin disimulo (homenaje, plagio, ¿qué más da?) las peleas del inspector Clouseau y su criado Cato en la saga de La pantera rosa. Entre las chicas, Zoey Deutch tiene encanto con un papel, el de la hija, que podía ser ingrato, y la televisiva Megan Mullally como la madre está en su sitio. Firma: José María Aresté