Ficha: 141 min. | Acción | Cómic | Fantástico Público apropiado: Jóvenes Año: 2017 País: EE.UU. Dirección: Patty Jenkins Intérpretes: Gal Gadot, Chris Pine, Robin Wright, Connie Nielsen, David Thewlis, Lucy Davis, Elena Anaya, Danny Huston, Ewen Bremner, Saïd Taghmaoui, Eugene Brave Rock, Lilly Aspell Traslación a la pantalla de Wonder Woman, el personaje de cómic creado por William M. Marston, a quien ya pudimos ver en Batman v Superman: El amanecer de la justicia, donde se congregaban unos cuantos superhéroes, pero que aquí deviene en protagonista absoluta. Por sus orígenes en la mitología griega, podríamos decir que es el equivalente de DC Comics a Thor, de la factoría Marvel, que se inspira en la mitología nórdica. Aunque aquí con el añadido elemento femenino y feminista, que convenientemente amplificado por el aparato de marketing de Warner, ha logrado una resonancia mediática y en la opinión pública sencillamente impresionante. Lo que tiene sentido, pues es una película sólida, en que la heroína desprende magnetismo y encanto –no es la Catwoman de Halle Berry, de triste memoria–, y en que la batuta de la dirección la maneja una mujer, Patty Jenkins, quien realmente no había vuelto a llamar la atención desde que filmara en 2003 Monster. La llegada a las manos de Diana Prince, en la actualidad, de una foto tomada durante la Primera Guerra Mundial, despierta los recuerdos de su infancia, cuando vivía en una isla rodeada de valientes guerreras, las amazonas, en paz y armonía, aunque siguiendo un severo entrenamiento para el combate, el dios de la guerra Ares, podía surgir en cualquier momento, insatisfecho por la decisión de Zeus de crear a los hombres. La ingenuidad de Diane comenzará a despertar al mundo real, cuando llega a la isla un hombre, el piloto estadounidense Steve Trevor, después de que su avión haya sido derribado. Tras él vienen pisándole los talones los alemanes. Y es que fuera de la isla el mundo está en guerra. Y Diane decidirá afrontar su destino, que piensa que no es otro que localizar a Ares y terminar de una vez para siempre con el horror de las masacres bélicas, dándole muerte con la espada matadioses. Pero puede que las cosas sean más complicadas de lo que se imagina. Lo primero que cabe destacar es un guión bien pergeñado por el televisivo Allan Heinberg, donde han aportado ideas también Jason Fuchs y Zack Snyder, y que bebe de los clásicos de aventuras, con cita expresa y obligada a Edgar Rice Burroughs. Es cierto que algunas escenas de lucha archetípicas, donde no faltan los rayos y centellas en el tramo final, pueden resultar cansinas, pero en general el ritmo es agilísimo, y se combina bien la acción, el drama, la denuncia del horror bélico, el suspense y la comedia romántica. Y los efectos son resultones, si se exceptúa el entorno de la isla donde la creación digital se nota en exceso, y se acepta que el relato mitológico puede tener ese aspecto cruce entre el videojuego y los títulos de crédito de la primera temporada de The Leftovers, sería una opción estética legítima. La trama viene atravesada por conceptos universales que cualquier espectador acepta con agrado, el amor que remueve todos los obstáculos, la necesidad de creer, el lado oscuro del ser humano junto a las grandes obras que es capaz de realizar, incluido el sacrificio.  A la vez se sabe insertar con inteligencia el mensaje feminista, al ser Diana una especie de “extraterrestre” en la sociedad en la que de pronto aterriza, el Londres de la Primera Guerra Mundial para empezar a entonarse, ella puede afirmar su independencia y personalidad en un mundo dominado por los varones, sin que suene a cliché metido con calzador. Y en fin, aunque con medida que desea no espantar a determinados espectadores, pero con clara intención, se muestra la extrañeza de Diana cuando Steve le explica las normas que definen el matrimonio, mientras ella afirma, en su erudición, que la mujer no necesita al hombre para el placer, sólo para la procreación. El reparto está muy bien escogido. Gal Gadot soporta bien el peso protagónico, da el tipo de mujer hermosa, madura y con acendrada personalidad, pero todavía con poco mundo, su visión maniquea del mundo va a ser puesta a prueba. Hay química con Chris Pine, el espía americano. Y luego hay toda una pléyade de secundarios, que funcionan bien: las amazonas Robin Wright y Connie Nielsen, la villana hispana Elena Anaya, y su jefe, el oficial alemán encarnado por Danny Huston, más el alto mando británico David Thewlis, la probable sufragista Lucy Davis, y el grupo de compañeros mercenarios de buen corazón y multiétnico que incluye a Saïd Taghmaoui, Ewen Bremner y Eugene Brave Rock. Firma: José María Aresté