Arizona, 1873. Un extraño (Craig), que no recuerda su pasado, acaba por casualidad en el duro y desértico pueblo de Absolution. La única pista sobre esta misteriosa historia es un grillete que lleva enganchado en su muñeca. Pronto descubre que los forasteros no son bienvenidos en Absolution y que nadie mueve un dedo en sus calles sin que se lo ordene el Coronel (mano de hierro) Dolarhyde Ford. Es un pueblo que vive sumido en el miedo.

Pero Absolution está a punto de experimentar un pánico incompresible cuando la desolada ciudad es atacada por unos maleantes desde el cielo. Haciendo un gran ruido y a una impresionante velocidad, las luces cegadoras abducen a los indefensos uno a uno, desafiando todo lo que los residentes conocían hasta ahora.

Ahora, el extraño que rechazaban es su única esperanza de salvación. Este pistolero, según va recordando quién es en realidad y dónde ha estado, se da cuenta de que tiene un secreto que puede darle al pueblo una oportunidad para enfrentarse a los alienígenas. Con la ayuda de la escurridiza viajera Ella (Olivia Wilde), logran reunir a un grupo de antiguos rivales: los ciudadanos, Dolarhyde y sus chicos, los bandidos y los guerreros apache, todos ellos en peligro de ser aniquilados. Unidos contra un enemigo común, se prepararán para un épico enfrentamiento por la supervivencia.

Director: Jon Favreau

Intérpretes: Daniel Craig, Olivia Wilde, Harrison Ford.

Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Mark Fergus, Hawk Ostby, Steve Oedekerk.

Duración: 118´

Género: Ciencia Ficción, Fantástico

Estreno: 02/09/2011

Público: Jóvenes

Crítica

Los guionistas de Transformers y Star Trek se unen al de la serie Perdidos para escribir un western con marcianos, dentro de la moda de los cacharritos y alienígenas que ha inundado el cine norteamericano. El director de Iron Man, quién si no, es el realizador, por aquello de la metalurgia. Parece asombroso que hagan falta seis guionistas para adaptar un cómic de Scott Mitchell Rosenberg.

El resultado es bastante anodino, a pesar de contar con un reparto llamativo y abundancia de medios (el presupuesto supera los 160 millones de dólares).

Hay tiros y peleas y un montón de lugares comunes del género en una historia contada de manera elemental, sin chispa, como si todo el mundo estuviese deseando terminar para hacer algo de provecho.

La película, que lleva recaudados 110 millones, es mala hasta decir basta: la comparas con los últimos buenos westerns y sientes vergüenza ajena. Tanta, como la de volver a ver a Harrison Ford hacer el ridículo en un papel histriónico.

Fuente: Alberto Fijo (Aceprensa, 31/08/2011)