cuando_todo_esta_perdido-cartel-5224

Durante un viaje en solitario por el Océano Índico, un hombre se despierta y descubre que su velero ha chocado contra un contenedor abandonado en alta mar, abriendo en el barco una vía de agua que ha inutilizado gran parte del equipo de navegación. Incomunicado y con su transporte en precarias condiciones, al tripulante de este velero solo le queda esperar que las corrientes le arrastren hacia alguna ruta de paso marítima, donde tiene la esperanza de poder ser rescatado por otra embarcación. Sin embargo, el océano guarda para él grandes peligros y dificultades.

Director: J.C. Chandor

Intérpretes: Robert Redford

Guión: J.C. Chandor

Duración: 106′

Género: Aventuras, Drama

Estreno DVD: 18/06/2014

Público: +12

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 0

Sexo: 0

Crítica:

Tras sus inicios en el mundo de la publicidad, J.C. Chandor ofreció en 2011 un prometedor y reconocido debut cinematográfico con el drama financieroMargin Call, en el que ejerció como director y guionista de una película coral plagada de líneas de diálogo. Ahora, vuelve a asumir ambas facetas en su segundo largometraje, una atrevida producción con un solo personaje y, prácticamente, ninguna manifestación oral, cuyos resultados confirman las buenas sensaciones que dejó con su opera prima.

El mismo año en el que Gravity ha abandonado a Sandra Bullock en la inmensidad del espacio, Chandor parece haber encontrado la equivalencia marítima al film de Cuarón, construyendo esta historia de soledad y supervivencia en el océano que busca los límites a los que en su día se acercaron propuestas de planteamiento similar, como Buried, 127 horas o, la más paralela a nivel temático, Náufrago. La imagen y la acción se reivindican en Cuando todo está perdido como los auténticos y genuinos narradores del relato cinematográfico, y aportan expresividad a un film puramente visual.

Pocas veces pierde el ritmo este inteligente entretenimiento de resonancias hemingweyianas, que atesora buena parte de su virtud en esa silenciosa pero elocuente (tanto a nivel expositivo como simbólico) narración; y en su sencillo y sereno y, a la vez, poderoso e inspirador, retrato del hombre frente a la adversidad. La fotografía de Frankie DeMarco y de Peter Zucarini (encargado de las escenas submarinas), así como la banda sonora que le valió el Globo de Oro a Alex Ebert aportan belleza y emoción a la propuesta, y contribuyen a confeccionar y dar sobriedad a un conjunto que no aspira a más de lo que puede dar.

Todos estos elementos adquieren su forma y sentido definitivos al congregarse en torno a la brillante actuación del solitario protagonista de la película, un Robert Redford al que, merecidamente, le han llovido elogios y nominaciones. A sus 77 años, el actor norteamericano se ha enfrentado a una de las interpretaciones de mayor exigencia física de su carrera, y la naturalidad y contención con la que asume el papel es tan admirable como su capacidad para transmitir con un gesto, un acto, una mirada o un simple movimiento todo aquello que este atractivo y asequible ejercicio de lenguaje visual pretende exponer.

Fuente:   Juan Xipell (www.taconline.net)