Un gran arcade de velocidad apto para todos los públicos que llega repleto de contenido y posibilidades.


La crítica del principiante

Ya tenemos aquí la nueva entrega de la saga Dirt, antaño conocida como Collin McRae. Sin duda, un título muy completo y muy divertido. ¿Queréis conocerlo mejor?

Realismo y diversión

Dirt 5 es un gran arcade de carreras, adaptable a todo tipo de público y exigente solo en ciertos momentos. Aquí lo importante es salir y correr a toda velocidad, sin mayor complicación. Eso no quiere decir que de fácil sea aburrido, sino todo lo contrario. Resulta muy divertido y requiere una constante adaptación por parte del jugador.

La gran baza de Dirt 5 es la sensación que transmite al jugarlo. Es increíble sentir cómo resulta completamente diferente correr sobre asfalto, nieve, grava o barro. No olvidemos que, a pesar de que en casi todos los juegos de conducción se anuncian diferencias jugables entre superficies distintas, la realidad es que la jugabilidad acaba siendo muy lineal. Como decimos, no es el caso de Dirt 5. El coche se comporta de manera totalmente distinta según el trazado y la adherencia es mayor o menor según el caso. Es por ello que tenemos que encontrar el equilibrio entre aceleración, frenada y cómo tomar las curvas para no quedarnos atrás en el cronómetro. A todo esto se suman los continuos cambios climatológicos, el ciclo día y noche y la posibilidad de correr los circuitos a la inversa, por lo que la sensación de variabilidad es constante y muy divertida.

En cuanto al nivel de exigencia, Dirt 5 bebe directamente de la vertiente más arcade de esta saga. Por si no la conocéis, recordemos que esta se vertebra en dos líneas: una más realista (Dirt Rally) y una más espectacular y arcade, que es la que hoy analizamos. Por ello, el nivel de dificultad no es tan elevado y purista como en otros títulos, siendo su jugabilidad más cercana a la de títulos off-road como el mítico Motorstorm. Es cierto que podemos adaptar las ayudas para que suponga un desafío mayor, pero lo cierto es que la curva de dificultad es asumible.

Mucho contenido y muy variado

La oferta jugable es tan amplia como de costumbre. La modalidad principal es Trayectoria, que nos ofrece una gran variedad de carreras que van desde las más tradicionales a yincanas, siempre aprovechando todas las posibilidades que nos ofrecen los circuitos. Cada nivel cuenta con una gran cantidad de pruebas y estas, a su vez, con tres desafíos distintos (al superarlas conseguimos experiencia, reputación y dinero). A medida que consigamos medallas desbloqueamos nuevas carreras hasta llegar al reto final de cada nivel. Para salir victoriosos podremos comprar uno de los 100 vehículos que ofrece el juego (que podremos personalizar considerablemente).

El multijugador también tiene peso específico. Nos ha encantado la posibilidad de jugar a pantalla partida el modo trayectoria con otro amigo. Es genial cooperar en momentos específicos para vencer a la IA. Asimismo, podemos crear nuestras propias pruebas y compartirlas con otros jugadores, lo que nos parece una auténtica locura jugable. Disponemos de tres tipos de pruebas: carreras con checkpoints, pruebas de acrobacias o aquellas que consisten en golpear objetos. Nosotros no somos especialmente habilidosos para crearlas, pero todo es bastante intuitivo.

Lo mejor:

Muy contenido tanto en Trayectoria como multijugador.
El editor es intuitivo y nos permite crear pruebas de lo más originales.

Lo peor:

Los tiempos de carga nos han parecido eternos.
La historia de Trayectoria no engancha en absoluto.
Algunos defectos gráficos como objetos que aparecen repentinamente.

Conclusiones:

Dirt 5 es un divertidísimo arcade de carreras que llega repleto de contenido. El control está perfectamente ajustado y la variabilidad de situaciones y superficies aportan un plus al juego. Nos parece una propuesta muy aconsejable que habrá que ver cómo se adapta a PS5 y Xbox Series, plataformas en las que también saldrá publicado.