Análisis Dragon Quest XI

  • Análisis por   J. Carlos Amador | CONTRASTE

Dragon Quest XI es una completísima aventura que nos enganchará durante horas y horas. Su variedad, la calidad gráfica, la profunda historia hacen de este título una aventura única.


La crítica del principiante

Cada Dragon Quest que se publica es sinónimo de calidad. Da igual si es para portátil o consola de sobremesa, siempre acaban siendo grandes juegos. Con la expectativa que se había generado con esta nueva entrega, el resultado no podía defraudar.

En Dragon Quest XI tres son los elementos básicos que lo definen: exploración, conversaciones y combates por turnos. Es decir, la esencia de cualquier aventura de rol clásica.

Un juego de rol clásico

El amplio mundo de Erdrea no solo es bello, sino que está plagado de cosas por hacer y personajes por conocer. Tiene infinidad de detalles y va cambiando a medida que avanzamos en el juego, lo que hace que nuestras decisiones sean importantes, por secundarias que sean. Por ello, es muy importante explorarlo en profundidad. Tesoros ocultos, materiales útiles y muchísimas tareas e historias secundarias nos mantendrán enganchados durante horas.

Los diálogos también son muy importantes. Como en cualquier aventura de rol, pasamos horas hablando con otros personajes, tanto de la historia principal como de las secundarias. Todo el mundo tiene su historia y unas rutinas por realizar, por lo que es importante conocer qué piensan, qué necesitan y cómo nos pueden ayudar cuando los necesitemos.

El tercer gran rasgo característico son los combates, que mantienen el esquema clásico de toda la vida. Solo con acercarnos a los enemigos entraremos en combate y pasamos a una pantalla en la que atacamos por turnos. Los comandos también son clásicos: ataque, habilidad, mágica y objeto. Es cierto que se han introducido algunas pequeñas novedades, como poder cambiar la formación de los miembros en batalla o el modo concentración, que nos permite mejorar nuestras habilidades. Pero, mantienen la esencia clásica de la serie.

Las novedades para la edición de Switch son muchas y muy numerosas. Tenemos la posibilidad de jugar, en todo momento, como si se tratara de un juego de 16 bits. De este modo, podemos alternar el apartado gráfico y disfrutarlo como un juego de última generación o como uno de la época de Megadrive y Super Nintendo. Además, se han añadido numerosas misiones secundarias. Algunas nos permiten incluso viajar a los mundos de anteriores juegos. Y, a todo esto, añadimos las voces en inglés y japonés. Como véis, un juego redondo.

Una historia épica

La eterna lucha entre el bien y el mal vuelve a protagonizar un Dragon Quest. Nosotros encarnamos a un joven corriente, criado en un entorno tranquilo. Cuál será su sorpresa cuando, al cumplir la mayoría de edad, descubra que es la encarnación de un héroe que salvó al mundo hace muchísimo tiempo. Sin embargo, no todo el mundo lo creerá y tendrá que huir. Así arranca una aventura en la que presenciaremos cómo madura nuestro héroe, como se forja la amistad con personajes totalmente opuestos y cómo el guión nos ofrece giros tan inesperados como lógicos a medida que avanzamos.

Conclusiones:

Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido es la culminación de la saga. Manteniendo la esencia de siempre, nos presenta una gigantesca aventura con tintes épicos y el encanto del mundo creado por Akira Toriyama (Dragon Ball). Derrocha originalidad y calidad por todos los lados. Desde las historias secundarias, pasando por los muchos secretos que guarda, el argumento original… La huella que dejó la octava entrega (El periplo del rey Maldito) en PS2 y 3DS parecía insuperable, pero esta entrega la ha conseguido superar.

En cuanto a su contenido, Dragon Quest XI es un juego para mayores de 12 años según el código PEGI. No resulta muy violento puesto que los combates son más estratégicos que enfocados a la acción. Eso sí, es una aventura larga, que requiere paciencia, cuyo nivel de dificultad es creciente y requiere que subamos nuestro nivel antes de avanzar en la historia. Además, la historia es bastante más profunda de lo que parece. Por ello, creemos que está más orientado a adolescentes de 14/16.