Sara es una adolescente de 15 años que vive con sus padres en un moderno barrio de las afueras de Madrid. Todo a su alrededor le resulta incomprensible, aburrido y monótono y se siente extraña en su propia familia y compañeros de instituto. Sólo tiene una ilusión: seguir los pasos de un graffitero (Líriko) que inunda de color su monócromo barrio y le empuja a cumplir una misión. Un supuesto fracaso pone a Sara ante la difícil encrucijada del suicidio y es entonces cuando arranca una aventura por el submundo de su propio interior repleta de seres extraordinarios y luchas por la supervivencia.

 

 

 

 

Director: Eduardo Chapero-Jackson

Intérpretes: Alba García, Miguel Ángel Silvestre, Víctor Clavijo, Najwa Nimri

Guión: Eduardo Chapero-Jackson

Duración: 87′

Género: Ciencia-ficción

Estreno dvd: 14/03/2012

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 1

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 2

Sexo: 0

Crítica:

El primer largometraje de Eduardo Chapero-Jackson es una interesante propuesta para el público juvenil al plantear, dentro de una estética adolescente, grandes temas como la búsqueda de la belleza, el compromiso, el valor de la palabra (del Verbo) o las relaciones familiares y de amistad.

La película, como tantas otras de este género, muestra dos mundos contrapuestos. La vida diaria de Sara, discurre a un ritmo lento (excesivamente lento, de hecho) en unos escenarios cuidadosamente diseñados para resaltar su desaliento: edificios miméticos, fríos pasillos azules y blancos, total ausencia de decoración… Y en ellos irrumpe el color y la fuerza de los graffitis de Líriko que surgen siempre del interior de la tierra o de las propias paredes y son la puerta hacia el otro mundo, al supuestamente irreal. Es entonces cuando el director apuesta por un mayor ritmo narrativo apoyándose en una estética propia del universo de los videojuegos y una música entre el rap y el hip-hop para forzar a Sara a que luche contra sus propios demonios.

Verbo, por tanto, es un interesante ejercicio visual lleno de metáforas gráficas y de buenas intenciones. Pero falla un guión con grandes pretensiones para contarlas en escasa hora y media. Los personajes no están bien dibujados (a excepción de Sara) y por eso no acabamos de comprender los problemas a los que ésta se enfrenta. Por otro lado, la interesante apuesta de hacer en verso gran parte de los diálogos lo único que consigue es hacerlos incomprensibles y no necesariamente sólo por la extraña dicción de los actores en algunos momentos. Tampoco es acertado el uso de la voz “en off” ya que resulta superfluo, precisamente por la calidad del planteamiento visual de la película. Como superfluo resulta también la inclusión del Quijote como contrapunto cultural: una buena idea pero confusa en un guión con demasiados ingredientes y muy poco orden.

Hay que alabar este intento de Chapero-Jackson por cambiar el registro habitual del cine español y por plantear a nuestros adolescentes otros temas más elevados de los que acostumbran a ver en películas y series de televisión, pero es una pena que, paradójicamente una película que se llama Verbo hubiera resultado mejor si se hubiese rodado muda.


Fuente: Esther Rodríguez (www.taconline.net)