Ficha técnica

 

 

Brillante animación para adultos que narra una historia de superación y vínculos familiares en tiempos de guerra, a la vez que muestra la sociedad afgana desde un punto de vista femenino.

 

La sinopsis podría recordar a un clásico drama infantil: una niña cuya familia queda sumida en la pobreza y debe disfrazarse de chico para intentar sobrevivir. Sin embargo, el relato se ambienta en un contexto muy actual. Concretamente, en la guerra de Afganistán.

La directora afronta con respeto las tradiciones del país, pero muestra la situación sin tapujos. Ahí, bajo el gobierno de los talibanes, las mujeres no pueden salir de casa sin ser acompañadas por un hombre de la familia –además de con burka y no hiyab–. Por ello, la familia de Parvana se encuentra en un grave problema cuando el padre (y único hombre del núcleo) es arrestado injustamente. En medio de este duro marco, la niña se presenta como un rayo de esperanza, no solo porque se encarga de sacar adelante a la familia, sino porque, con su imaginación, llena la casa de optimismo.

Es este rasgo de su personalidad el que proporciona un toque peculiar a los dibujos. Animada por su padre, quien dice que las historias perduran en el corazón, Parvana no deja en ningún momento de inventar cuentos. En esos momentos, las ilustraciones se llenan de creatividad, aportando un contraste a la trama central, donde la animación es un poco más realista. Son también estas leyendas las que interrumpen la tristeza y el dolor que van aumentando a lo largo de la película. De esta manera, se refleja la realidad sin abandonar del todo la esperanza que encarna la protagonista.

Este largometraje revela la problemática de una sociedad patriarcal, misógina, machista y en medio de una guerra. No obstante, la fuerza emocional de la cinta permite al espectador vislumbrar valores como el coraje, la superación y la lealtad familiar. El sólido guion combina escenas conmovedoras con una crónica relevante y coherente.

El pan de la guerra es una propuesta que subraya la importancia de las historias y el poder de la palabra sobre la voz. Esta preciosa animación, además de emocionar y entretener, estimula a la audiencia a no olvidar lo que está sucediendo ahora mismo en lugares no muy lejanos al “idílico occidente”.