Dirección: Laurent Tirard

Intérpretes: Maxime Godart, Valérie Lemercier, Kad Merad, Sandrine Kiberlain, François-Xavier Demaison, Michel Duchaussoy, Daniel Prévost, Michel Galabru

Guión: Laurent Tirard, Alain Chabat, Grégoire Vigneron

Duración: 90 min.

Público apropiado: Todos

Género: Comedia

Por decine21

 

el-pequeno-nicolas_CNicolás es un niño, hijo único, que no sabe muy bien lo que debería escribir en la redacción que propone su profesora, sobre «lo que quiero ser de mayor». Está en una edad en que se pregunta sobre mil y una cosas, y en que lleva a cabo muchas travesuras con sus amigos de la clase, los inefables Eudes, Clotario, Joaquín, Alceste, Rufo, Geoffroy, e incluso el repelente Agnian, ojito derecho de la maestra. Cuando Joaquín tiene un hermanito, y describe las señales que presagiaban la noticia, Nicolás detecta que son idénticas a las que están aconteciendo en su hogar. Y desde luego, no está dispuesto a ser ‘destronado’ tan fácilmente de su posición de ‘rey de la de casa’.

 Adaptación de los famosos libros infantiles con texto de René Goscinny -el creador de Astérix- e ilustraciones de Sempé. Se trata del clásico ejemplo en que las comparaciones son odiosas, pues resulta poco menos que imposible trasladar el encanto de los originales -los maravillosos dibujos, la narración en primera persona en tono ingenuo, pero muy humorístico- a la pantalla. La cosa recuerda a lo ocurrido con Manolito Gafotas, creación de Elvira Lindo que era una revisión nada disimulada de «El pequeño Nicolás», también llevada al cine.

Pero en fin, si se hace abstracción de su fuente, tenemos un film familiar razonablemente divertido, encadenado de gags de tono ‘naïf’, algunos muy hilarantes como la revisión médica, o la visita del ministro de educación a la escuela. Los niños actores son muy naturales, y los adultos apoyan bien, con algunos muy dotados para la comedia, ahí están Kad Merad -sus carantoñas en el último plano de la película son paradigmáticas de su vis cómica- y Valérie Lemercier -genial en sus clases de conducir, o en la cena con el jefe de su marido-, los papás de Nicolás.

La duda razonable que flota en torno a este film es si las generaciones actuales pueden ser capaces de reír con una historia que transcurre en el ambiente familiar típico de hace 30, 40, 50 años. Las cosas han cambiado tanto…