En los últimos años los series sobre asesinos en serie y crímenes sin resolver o pendientes de una resolución convincente se han multiplicado tanto en series de ficción o documentales. Algunos son verdaderas obras maestras de la televisión como “The Jinx”: un caso único de investigación que llegó a resolver un crimen por medio de una entrevista al principal acusado. Otras como “Making a murderer” (2 temporadas) han reabierto casos con una repercusión que ha convertido a Steven Avery en un fenómeno mediático.

“El proyecto Williamson” está basado en “The innocent man”, el único libro de John Grisham alejado de la novela de ficción. El popular escritor norteamericano es el productor y uno de los protagonistas de esta miniserie sobre el caso de dos chicas asesinadas en Ada, un pequeño pueblo de Oklahoma. A pesar de que estos crímenes sucedieron en 1982 y fueron condenados 3 personas, aún quedan muchas dudas sobre la investigación, el juicio y la sentencia. Entre otras cosas porque 12 años después del juicio dos de ellos fueron declarados inocentes tras las pruebas de ADN.

Clay Tweel (director de documentales muy elogiados en festivales como “Gleason” o “Finders Keepers”)  es el creador y realizador de esta miniserie muy crítica con la actuación de la polícía y el fiscal del caso. Con más ritmo que “Making a murderer” y mucha menos creatividad que “The Jinx”, la trama se desarrolla atendiendo a los testimonios directos de testigos y acusados que han querido intervenir en la serie. Tiene la gran desventaja que tiene muy pocas imágenes del juicio oral y de las declaraciones de los policías y el polémico fiscal. De esta manera, el peso de la narración lo llevan varios investigadores y una periodista freelance que hacen un trabajo exhaustivo que da lugar a revelaciones sorprendentes.

Se agradece que el director intente ofrecer versiones contrastadas para una visión completa de un caso muy enrevesado. Sin embargo, la narración destila algunas dudas sobre la objetividad de la investigación. Es evidente, por ejemplo, la desconfianza que le genera la comunidad protestante o la falta de información sobre posibles culpables de los asesinatos. Aún así, esta docuserie supera el interés marcadamente morboso de otras producciones y humaniza el relato con algunos testimonios sensacionales como el de Peggie Carter, la madre anciana de una de las víctimas, o el de Tommy Ward, el único condenado que queda en la cárcel a pesar la aparición de numerosas pruebas exculpatorias.


Calidad del contenido: 3´5/5

Violencia: +16

Miedo: + 16

Sexo: + 16

Drogas: + 16

Conductas imitables: +18

Lenguaje: +16


 

Por Claudio Sánchez de la Nieta. Crítico de cine y televisión de iCmedia, Aceprensa y Fila Siete. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.