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Durante la emisión de la serie ‘Ally McBeal’ el número de matrículas en la universidades de derecho desbordaron las facultades, así como las faldas excesivamente cortas de las que hacía alarde la actriz Calista Flockhart. Lo mismo ocurrió tras el éxito televisivo de ‘C.S.I.’, con las aulas de criminología a rebosar de jóvenes ávidos de recoger muestras en escenas de crímenes inverosímiles. Y algo parecido ha ocurrido con la serie ‘El tiempo entre costuras’, responsable del incremento de ventas de máquinas de coser. Y es que la televisión es un motor constante de exportar modas, ya sean estilos de vida, hábitos o formas de vestir.

En ese último aspecto, el de la indumentaria, también la serie ‘El tiempo entre costuras’ tiene mucho que decir -no se podía esperar menos de un hilo conductor con una modista como protagonista-, y es que la naturalidad y el estilo sofisticado con el que luce los turbantes la actriz Adriana Ugarte en esta adaptación del best-seller de María Dueñas, ha provocado un boom de esta prenda sobre el asfalto.

Desde el look más sofisticado, hasta al más casual y playero, ya sea en forma de bandeau o en punta y coronado por una piedra o una pluma, esta prenda se ha convertido en lo que en el mundo de la moda se conoce como un must de temporada. En lenguaje profano, algo que debemos incorporar inmediatamente a nuestro armario si queremos estar a la última.

Historia sobre la cabeza

Pero esta moda recogida del pasado tiene más historia sobre su cabeza de la que se acierta a adivinar. Se trata de una prenda en sus inicios masculina, utilizada por musulmanes y sijs, que no llegó a occidente hasta el siglo XVII, y se popularizó sobre las cabezas de las divas de Hollywood en los años 50. Desde entonces la moda del turbante ha sido intermitente, y todos albergamos en nuestra memoria visual estas prendas alrededor de rostros como el de Audrey Hepburn -tal y como se la encontró George Peppard sobre el alféizar de la ventana en desayuno con diamantes- Grace Kelly, Sofía Loren o Bárbara Streisand.

Coco Chanel acertó a combinar su habitual negro con esta prenda, dotándola de pura sofisticación y cierto esnobismo. Pero uno de los principales precursores del turbante sea quizás el mayor rival de Chanel entre los diseñadores de la época, el francés Paul Poiret. De quien se dice que libró a la mujer del corsé y encontró en el turbante la forma perfecta de escapar de los diseños cortados por el mismo patrón que tanto odiaba.

Ahora vuelve con fuerza, y el ejemplo más cercano es la actriz Adriana Ugarte, pero sobre la alfombra roja de la Gala del Met del 2009, brilló con fuerza el vestido, con turbante incluido, con el que Marc Jacobs obsequió a Kate Moss, o el que años después y sobre esa misma alfombra luciera Karolina Kurkova.

Una moda que ya adorna la cabeza de blogeros, fashionistas, adictos a la moda o personas a las que, sencillamente, les ha gustado este atípico sombrero en la cabeza de Adriana Ugarte. Quizás vuelvan los pantalones campana, los calentadores, o hasta las históricas gorgueras si alguna actriz luce estas prendas con suficiente desparpajo en la gran pantalla. Mejor no tirar nada, nunca se sabe.

Fuente: www.elcorreo.com