El reto al que se enfrenta un grupo de presos para representar una obra teatral da pie a un film conmovedor, inteligente y muy divertido. Las sobresalientes interpretaciones invitan a reflexionar sobre temas importantes.

Crítica El triunfo

  • Análisis por  Patricia Amat de CONTRASTE

La premisa de El triunfo es prometedora: inspirada en hechos reales, cuenta la historia de un grupo de presos que decidieron interpretar la obra de Samuel Beckett Esperando a Godot. Afortunadamente, Emmanuel Courcol ha sabido sacarle partido y dirigir una comedia inteligente, propia del cine francés.

Es una propuesta muy entretenida y divertida, con escenas que provocan carcajadas. Además, es un título emotivo que profundiza en la superación personal, pero sin caer en el sentimentalismo. El director consigue hilar bromas sobre un asunto serio sin dejarse llevar por clichés ni con la intención de suscitar emociones a la fuerza. Entre los diversos disparates, el film invita a reflexionar sobre la relevancia de la cultura entre colectivos desfavorecidos o la posibilidad de revertir situaciones adversas.

Asimismo, la particularidad de que varios presidiarios se conviertan en artistas coloca al público ante la compleja disyuntiva de en qué manera dirigirse a ellos: es duro observar cómo en un momento se les trata como a estrellas y acto seguido como a delincuentes. Esta aparente contradicción invita a pensar sobre el tipo de relación que cada persona tiene con las demás y si esta dinámica es justa, necesaria o beneficiosa.

Kad Merad deslumbra como profesor de teatro, ayudado por el gran trabajo del resto de actores, que resultan muy convincentes. Y junto con el buen hacer del reparto, destaca también la definición de personajes: todos ellos están cuidadosamente trabajados y cada uno tiene un toque especial que permite al espectador conectar con ellos.

En definitiva, El triunfo es una película que logra plantear con mucho humor temas importantes. Aunque aparecen numerosos insultos y alguna secuencia –breve– incómoda, tiene gratas sorpresas y conmoverá a la audiencia.

Firma: Patricia Amat