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¿Está fomentando la televisión estereotipos machistas?

Las cadenas temáticas destinan a las mujeres contenidos relacionados con lo doméstico y reservan para los hombres la ciencia, la historia y los viajes

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Las series policiacas se emiten en canales masculinos pero se vuelven cada vez más populares entre las mujeres - ABC

La televisión es la mediadora por excelencia de nuestro acceso a la realidad. Aunque arrinconada en los últimos años por el auge del mundo digital, la pequeña pantalla sigue teniendo un papel primordial a la hora de modelar nuestros valores y conformar nuestras representaciones del mundo. La potencia sugestiva de la imagen en movimiento, las más de las veces percibida por el espectador en un momento distendido, indefenso ante el hechizo de la pantalla, ha sido extensamente estudiada por psicólogos y sociólogos. Abiertamente o de modo subrepticio, lo que vemos en televisión es responsable de la forja y difusión de muchos de los estereotipos que manejamos como sociedad. Giovanni Sartori, uno de los sociólogos más sagaces de las últimas décadas, acuñó el término de «homo videns» para referirse a la transformación que ha sufrido el intelecto humano bajo el influjo televisivo: mucho más permeable a la imagen que a la palabra y al razonamiento abstracto y, por tanto, más sugestionable y desvalida ante la manipulación.

La representación televisiva del hombre y la mujer, de sus roles en la sociedad y su forma de relacionarse entre sí, ha sido uno de los campos de batalla más cruciales para el movimiento feminista. Salta a la vista antes que nada el sexismo en los anuncios publicitarios, pero no pasa de ser la punta del iceberg de un problema de mucho mayor calado. La propia estructura del mundo televisivo responde a criterios claramente discriminatorios y deudores de obsoletos estereotipos sobre lo que les gusta a los hombres y lo que les gusta a las mujeres.

Una breve ojeada a la programación de los canales televisivos basta para constatar la pervivencia de muchos tópicos relacionados con el género. Las cadenas generalistas aprueban esta asignatura, pues por su propia naturaleza tratan de mantener una oferta que abarque el mayor segmento del público posible sin establecer, en principio, distinciones por cuestión de género. Son los canales temáticos, nacidos al calor de meditadas estrategias comerciales para delimitar el sector del público al que se dirigen, los responsables de la perpetuación de los prejuicios sexistas en la pequeña pantalla.

Cocina, decoración y telenovelas

Las mujeres pasan más tiempo que los hombres ante la televisión. Los últimos datos de la consultora audiovisual Barlovento, fechados en 2016, establecen que ellas pasan una media de 247 minutos diarios delante de la pantalla, mientras que ellos se quedan en los 221. Con mayor o menor diferencia, el hecho se repite en todas las encuestas consultadas, y las productoras toman buena nota de ello para adaptarse al mercado.

En la TDT española encontramos tres canales destinados en exclusiva al público femenino: Divinity, Nova y DKiss. El primero, propiedad del grupo Mediaset, fija su «target» en las féminas de entre 16 y 44 años y apuesta en su programación por el cotilleo («Cazamariposas» [3] es uno de los programas producidos por la cadena), factuals relacionados con la decoración (es el caso de «Tu casa lo vale» o «La casa de mis sueños») y series como «Yo soy Bea».

Nova, del grupo Atresmedia, busca atrapar a las mujeres de los 25 a los 54 años y es tal vez la cadena con mayor cantidad de tópicos por minuto de emisión. De lunes a viernes empieza el día con «Joyas TV» para luego dar paso a telenovelas de empalagoso título («La ley del corazón», «En nombre del amor»). Al filo del mediodía, Arguiñano hace presencia entre fogones y, de nuevo, más telenovela. Los fines de semana su apuesta gira más hacia los programas de tendencias y espacios como «Bricomanía», «Reformas extremas» o «Decogarden». DKiss sigue una línea muy similar, con títulos como «Cambio radical: perdiendo peso», «Sí, quiero ese vestido», «Madrastras malvadas», «Belleza en crisis» o «Tú ensucia, que yo limpio».

Mientras que a las mujeres se les suministra contenidos relacionados con lo doméstico (cocina, decoración) y los enredos amorosos, para los hombres quedan reservadas la ciencia, la historia y los viajes. Mega, Be Mad, Discovery Max y Energy son cadenas que tienen a los hombres en su punto de mira. Allí se emiten «Casatesoros», «Pasión por las montañas», «El chiringuito de jugones», «El jefe infiltrado», «Callejeros viajeros», «Titanes mecánicos»…

No obstante, parece que la sociedad va por delante de las productoras televisivas y ya ha dejado atrás los estereotipos sexistas sobre los que asientan su programación las cadenas. De unos años para acá viene registrándose un trasvase de audiencia que rompe los desfasados esquemas de las televisiones. Ello explica que, por ejemplo, DiscoveryMax gane cada vez más popularidad entre el público femenino, especialmente aquellos espacios dedicados al crimen y la investigación. El programa estrella de Mega para las mujeres es «Crímenes imperfectos», y en Energy son las series policiacas «CSI» o «Blue Bloods». También sucede al contrario, y los hombres se aficionan a «Pesadilla en la cocina», «Un mundo de minicasas» o «Belleza mortal».