TVE ha decidido dar carpetazo a ‘Gafapastas’, el concurso dizque cultural que presentaba Juanra Bonet y que ha venido de la mano de El Terrat, la productora de Buenafuente, vinculada a su vez al grupo de Roures, o sea, Mediapro y La Sexta. Este concurso consiste en una mezcla más bien promiscua de cultura clásica y cultura de masas donde, como decía Finkielkraut, un par de botas valen lo mismo que la obra de Shakespeare. El resultado ha sido calamitoso en términos de audiencia: apenas ha superado el 1% de cuota de pantalla, lo cual es un desastre incluso para La 2, cuya media es del 2,6%. Llegado el momento de la despedida, Bonet se dirigió a la cámara y dijo: «He recibido un burofax diciendo que si nadie lo remedia este puede ser el último programa de la temporada. Sí, amigos, todo tiene un final, lo cual sería un alivio si hablásemos de ‘Pasión de Gavilanes’. Estos meses han sido emotivos. He aprendido muchas cosas y he olvidado muchas más. Entre ellas, olvidé que hoy se acababa el programa y que el lunes estaré de nuevo en la cola del paro. Espero que el banquero que tramita mi hipoteca no esté viendo La 2 en estos momentos». Este verano seguirá habiendo ‘Gafapastas’. Y después, se acabó. Por supuesto, todos sentimos mucho que Juanra Bonet se quede sin programa. Pero deberíamos sentir más que La 2 se haya convertido en un canal inexistente, que RTVE haya desterrado a su mejor aval, que era el talento y la experiencia de sus profesionales, y que la principal televisión pública del país se esté gastando nuestros cuartos en contratar programas externos para beneficio de amiguetes de la órbita gubernamental, como han denunciado los trabajadores de RTVE. ‘Gafapastas’ es un perfecto ejemplo de los abusos de la última etapa de TVE: en nombre del ahorro y la reducción de gastos, se ha hecho una programación puesta al servicio de intereses empresariales que no son los de RTVE y de intereses políticos que no deberían ser los de un canal público. Ahora, que venga el venerable Oliart y diga cuánto nos ha costado este último fiasco.

Fuente: J.J.Esparza (El Diario Vasco, 13.06.11)