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Grace Kelly es una gran estrella de cine con una brillante carrera cuando contrae matrimonio con el Príncipe Rainiero de Mónaco en 1956. Seis años más tarde, mientras su matrimonio está pasando una crisis, Alfred Hitchcock le ofrece la oportunidad de volver a Hollywood para protagonizar Marnie la ladrona. Al mismo tiempo Francia amenaza con anexionarse Mónaco.

Director: Olivier Dahan

Intérpretes: Nicole Kidman, Tim Roth, Milo Ventimiglia, Derek Jacobi, Parker Posey, Paz Vega, Frank Langella, Geraldine Somerville, Robert Li

Guión: Steven Jeffreys

Duración: 103′

Género: Biográfico, Drama

Estreno: 21/05/2014

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor:

Acción:

Amor:

Violencia:

Sexo:

Crítica:

Los títulos de créditos ya anuncian que Grace de Mónaco es una ficción inspirada en hechos reales. Y es que los hijos de la princesa Grace –Carolina, Alberto y Estefanía– no han dado el visto bueno a la película; igual que la crítica, pero por otros motivos, en su inauguración del Festival de Cannes.

Pocas veces la adaptación al cine de la vida de personajes del papel couché se realiza con éxito y lejos de la polémica. Véase recientemente el fiasco de Diana. A pesar de que el realizador Olivier Dahan ya es un entendido en los biopics -dirigió La vie en rose- Grace de Mónaco no hace justicia a la malograda princesa. En estos casos, la culpa casi siempre reside en el guión.

El casi debutante guionista, Arash Amel, acota su retrato a un corto periodo que incluye varias crisis –personal, matrimonial y nacional–, hecho que, a priori, facilita una representación lejos del esbozo. Sin embargo, ni el intento de mezclar la intriga política con las frustraciones personales de Grace consigue ahondar ni hacer creíbles los acontecimientos que sucedieron a la familia Grimaldi y al diminuto país de la costa mediterránea.

Tampoco ayudan la continua alusión a los cuentos de hadas y una Nicole Kidman inexpresiva por su adicción al botox, que aún se potencia con los primerísimos primeros planos del director. Además, Kidman está demasiado delgada en comparación con Grace Kelly y su rostro no desprende la candidez que sí tenía la princesa en sus actos oficiales. Asimismo, algunas de las caras de la actriz australiana son calcadas a las que ponía en Los otros.

A su favor están la cuidadísima puesta en escena, llena de glamour, fastuosidad y vestidos bonitos; el desfile de personalidades como Alfred Hitchcock, Maria Callas, Charles de Gaulle o Aristoteles Onassis y sus pinceladas históricas, seguramente, desconocidas por el gran público. Y, por supuesto, un reparto de primera línea que se esfuerza por no caer en la caricatura.

Fuente: Montserrat Bros (www.taconline.net)