• Análisis por J. Carlos Amador de CONTRASTE

Grid es un «simulador descafeinado» o un «arcade exigente», ideal para todo aquel que disfrute de los juegos de carreras.


La crítica del principiante

Los juegos de velocidad siguen muy de moda. Es cierto que la mayoría optan por la vertiente de la simulación más realista. Es el caso de Gran Turismo Sport, Project Cars, Forza Horizon, Assetto Corsa, F1 2019 o incluso la saga Dirt. Sin embargo, no podemos olvidarnos de los divertidísimos arcades, es decir, títulos que se centran en carreras vertiginosas a alta velocidad con derrapes imposibles. En breve recibiremos el nuevo Need for Speed. Tampoco podemos olvidarnos de Forza Horizon. ¿Dónde situamos este Grid?

A medio camino

Lo cierto es que Grid no es ni simulador ni arcade. Si lo comparamos con otros exponentes del género, como el mencionado Project Cars o Assetto Corsa, lo cierto es que poco tiene que ver. En estos, cualquier curva mal trazada o roce entre vehículos podía ser definitivo en nuestra contra. En Grid, sin embargo, podemos configurar el estilo de conducción a nuestro gusto. Es posible modificar nuestras preferencias hasta tal punto que podemos hacer de Grid un “simulador descafeinado” o un “arcade exigente”. Y es que, si por el contrario lo comparamos con la saga Need For Speed, veremos un salto considerable en la dificultad.

Esta mezcla de estilos nos parece muy acertada, creando un título muy equilibrado y disfrutable tanto por los más puristas como por los que no dominan este género. No esperéis tubos ni derrapes espectaculares pero tampoco un realismo total. Así, por ejemplo, es fácil adelantar en la salida a varios coches en una misma curva o salir ilesos de un choque importante con un rival. Eso sí, nos ha sorprendido la lograda IA de los rivales, que cambiarán su comportamiento según el nuestro con ellos.

Sea como fuere, la conducción es bastante fiel a la realidad en líneas generales. Tenemos que trazar bien las curvas, frenar en su debido momento y, sobre todo, aprendernos los trazados si pretendemos salir victoriosos. Además, cada vehículo (de entre los 70 que ofrece) tiene unas características bien definidas y diferenciadas, siendo muy diferente si manejamos un turismo, un deportivo o un clásico.

Mucho por recorrer

El juego nos ofrece una modalidad principal que se divide en seis categorías, cada una con sus eventos o pruebas particulares. En total, unas 100 completan la oferta, que es más que suficiente a nuestro parecer. Cada una de las categorías es independiente y nos permite avanzar sin tener en cuenta las otras. Para hacerlo, necesitaremos ganar carreras, obtener dinero y comprar coches más potentes para superar los siguientes retos. No es que sea demasiado original, pero entretiene sobradamente.

Tampoco podemos olvidarnos del componente online, en el cual podemos disputar eventos públicos o privados, pudiendo jugar con amigos en estos últimos. Lo cierto es, sin embargo, que echamos de menos un multijugador local.

A recorrer el mundo

Hemos comentado que contamos con 70 vehículos de las principales marcas, con curiosidades como el R26 con el que Fernando Alonso ganó su segundo Mundial de F1. El número es suficiente y variado. No ocurre lo mismo con los circuitos, que se limitan a 12, aunque los recorreremos en muchas variantes. Los urbanos son especialmente llamativos, como en el que recorremos Barcelona. Los que recrean trazados profesionales también son interesantes pero menos originales. Se espera que lleguen nuevos eventos, circuitos y vehículos vía dlc, pero de entrada nos parecen pocos.

Lo mejor:

Muy divertido. Exige más que un arcade y menos que un simulador.
Los circuitos urbanos son muy originales. Nos ha encantado el de Barcelona.
Gran variedad de vehículos, diferentes entre sí según estilos.
El apartado gráfico luce fenomenal, si bien no llega al nivel de GT Sport o Forza Horizon.

Lo peor:

Pocos circuitos, pese a que los recorremos de múltiples maneras.
Algún modo historia o multijugador extra no le hubiera venido mal.

Conclusiones:

Grid regresa por la puerta grande con un título a medio camino entre la exigencia del simulador y la diversión directa de un arcade. Con suficientes opciones, pruebas, vehículos y eventos, nos entretendrá durante horas. Solo se echa en falta un mayor número de circuitos. Muy disfrutable por todo tipo de públicos.