El bazar de las sorpresas (1940)

Juntos, pero no revueltos

Espléndida comedia de enredo, donde Samson Raphaelson adapta una obra del húngaro Nikolaus Laszlo para Ernst Lubitsch. El resultado es brillantísimo. Todo gira en torno a dos personajes, Alfred (James Stewart) y Klara (Margaret Sullavan), que trabajan en la misma tienda. Ella es una recién llegada, y no puede soportar al otro, demasiado puntilloso en lo que se refiere al trabajo. Curiosamente, ambos han iniciado una relación amorosa por correspondencia. Lo que uno escribe es recibido con alborozo por la otra, y viveversa. No tienen la mínima sospechosa de que ese amor ideal coincide con el tipo-tipa odioso-odiosa que tienen al lado.

La vigencia del film y sus diálogos chispeantes está clara si se tiene encuenta el remake acometido casi 60 años después en Tienes un e-mail. Margaret Sullavan está radiante, como mujer moderna y decidida, mientras James Stewart da el tipo de individuo nada diplomático. Por supuesto, los secundarios brillan a gran altura. Por ejemplo Joseph Schildkraut, un empleado la mar de repelente, el jefe un tanto déspota, maravilloso Frank Morgan, y Felix Bressart, genial y tímido decorador de escaparates, el mejor amigo y consejero de Alfred.