Noche y día (2010)

La pila inagotable

June acude al aeropuerto en vísperas de la boda de su hermana en Boston. Un atractivo desconocido, Roy, tropieza un par de veces con él, luego coinciden en el avión. Ella ya está pensando en ligar con él, pero no imagina que, mientras va un momento al aseo, Roy se va a enfrentar al pasaje y tripulación al completo, villanos confabulados contra él para hacerse con una pila de energía inagotable. A partir de ese momento empieza una vertiginosa montaña rusa en la que se ve enredada la pobre June, donde no cabe fiarse de los “buenos”, y sí en cambio de quien parece un completo neurótico, Roy.

Con el título Noche y día se quiere subrayar el contraste entre el hombre sumergido en mil conspiraciones y la mujer que hasta el momento llevaba una vida tranquila. Aunque el original hacía un juego de palabras intraducible con “Knight”, que se parece a “Night”, “Noche”, pero que significa “Caballero” y es también el apellido del protagonista, que esconde su famosa pila –elemental “mcguffin” o pretexto argumental– en una figurita de la armadura de un caballero medieval. La película de James Mangold, con guión de Patrick O’Neill, tiene como claro referente el clásico hitchcockiano Con la muerte en los talones en su cóctel de acción, comedia y romance, aunque ya se sabe, las comparaciones suelen ser odiosas.

En el haber del film hay que destacar el carisma de la pareja protagonista, divertidos Tom Cruise y Cameron Díaz, el primero imperturbable en su sonrisa a lo largo de sus continuas insensateces, la segunda entonándose poco a poco en su recién estrenada vida de acción. Respaldados por un competente reparto de secundarios –que incluye al hispano Jordi Mollà, villano de la función–, sostienen un espectáculo de entretenimiento puro, de ritmo frenético, al que se habría agradecido un poco más de consistencia, y no nos referimos sólo al disparate de situar los sanfermines en Sevilla. Eso sí, las secuencias de acción en Salzburgo y Sevilla son resultonas, buscando el más difícil todavía, aunque a estas alturas parece difícil innovar.