El legado de Bourne (2012)

 

El factor humano

Después de que el programa de espionaje Treadstone, del que era pieza clave Jason Bourne, escandalizara a la opinión pública, las agencias secretas de Estados Unidos quieren enterrar –o al menos, “hibernar”– todos sus planes de dudosa legalidad. Uno de ellos es el programa Outcome, que ha creado agentes prácticamente superinvencibles, con su cerebro y su cuerpo hiperestimulados, aunque al precio de depender de unos fármacos. Como elefante en una cacharrería, los hombres liderados por coronel retirado Byer eliminan a todos los agentes y científicos relacionados con el programa. ¿A todos? ¡Noooo! Sobreviven el duro agente Aaron Cross y la doctora Marta Shearing, que deben emprender una vertiginosa carrera hacia delante para eludir a sus perseguidores.

Cuarta entrega de la saga Bourne, El legado Bourne encaja a la perfección en la saga ideada inicialmente por el novelista Robert Ludlum, y que en cine había contado con los directores Doug Liman y Paul Greengrass, y el protagonismo de Matt Damon. Tras la renuncia de Greengrass y Damon a seguir con nuevas películas, el guionista de los anteriores filmes, Tony Gilroy, se apoya en sus hermanos, los gemelos Dan Gilroy –coguionista– y John Gilroy –editor– para lograr la deseada continuidad. Y sí, verdaderamente hace honor al título, Jason Bourne deja un legado que permite prescindir de él… o recuperarle, si un día Damon se arrepintiera de su decisión. Hay un grandísimo trabajo de producción, Frank Marshall y compañía, buen ejemplo de lo que es capaz Hollywood cuando da lo mejor de sí.