Shutter Island (2009)

Viaje alucinante al fondo de la mente

Verano de 1954. Teddy y Chuck, agentes del FBI, acuden a Shutter Island, una apartada isla de la bahía de Boston, donde tiene su sede Ashecliffe, un centro psiquiátrico para criminales peligrosos. La paciente-prisionera Rachel se ha fugado del modo más misterioso, y a pesar de que los guardias han rastreado hasta el último rincón de la isla, no han dado con ella. En realidad la presencia de Teddy en la isla no es casual: él mismo, veterano de la Segunda Guerra Mundial, solicitó que le asignaran el caso, pues sospecha que en ese particular manicomio se realizan experimentos comparables a los perpetrados por los criminales nazis.

Inteligente adaptación de la novela de Dennis Lehane a cargo de Martin Scorsese, que maneja un buen guión de Laeta Kalogridis. El título de la filmografía de Marty que más se parece al que nos ocupa tal vez sea El cabo del miedo, pero por fortuna Shutter Island es muy superior. El director italoamericano sabe crear desde el primer momento un ambiente opresivo muy adecuado, a lo que ayudan mucho esos cielos encapotados que anuncian tormenta y los sonidos de la partitura musical. De modo que se desarrollan bien, dentro de una atmósfera gótica con elementos de terror y cine negro, las dudas de dónde radican los límites de locura y cordura que proporcionan nuestros traumas y construcciones mentales, del alcance que puede tener una conspiración de proporciones colosales, del tratamiento que necesita una mente enferma. Hay sorpresas narrativas que no es cuestión de desvelar, preparadas sin trampa ni cartón, y los personajes son sólidos, no hay villanos de opereta ni héroes sin fisuras.

Aunque puedan venir a la cabeza enseguida títulos inolvidables de manicomios, como Alguien voló sobre el nido del cuco, el cinéfilo Scorsese menciona otras referencias clásicas que le han guiado en su notable film: El gabinete del doctor CaligariLauraRetorno al pasadoEl proceso… Sin duda que son influencias que están ahí, aunque también se podrían mencionar títulos de Alfred Hitchcock como Recuerda y De entre los muertos (Vértigo).

Se trata de la cuarta ocasión en que trabajan juntos Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio. Este último sigue confirmando su estatura interpretativa, su personaje se mueve en un delgadísimo filo de navaja con enorme soltura, su composición está muy matizada. Le apoya un notable reparto, de esos que obligan a quitarse el sombrero.