La casa torcida (2017)

La niña que sabía demasiado

Después de haber ejercido un tiempo de diplomático y espía en El Cairo, Charles Hayward abre despacho como detective en Londres, siguiendo los pasos investigadores de su padre, que fue inspector de Scotland Yard. Se lleva una sorpresa cuando requiere sus servicios Sophia de Haviland, que fue su amante en Egipto, hasta que rompió con él, supuestamente por diferencias de clase, ella forma parte de una familia de rancio abolengo, su abuelo Aristide Leonides es un multimillonario hombre de negocios de origen griego. La repentina muerte de éste, hace pensar a Sophia que ha sido envenenado, y logra persuadir a Charles para que indague acerca de lo ocurrido en su espléndida casa de campo, con el visto bueno de la policía. Allí vive la viuda, la antigua y voluptuosa bailarina Brenda, a la que conoció en Las Vegas; y dos hijos, fruto de su anterior matrimonio. Philip está casado con una mediocre actriz, y tienen tres hijos, además de Sophie está el indolente adolescente Eustace, y la curiosa niña malcriada Josephine, que anota todo lo que ve en un cuaderno que siempre lleva consigo; luego está Roger, casado con Clemency, no tienen hijos y él ha llevado a la quiebra en varias ocasiones a una de las empresas familiares, una farmacéutica; finalmente está la solterona y cínica Edith de Haviland, hermana de la primera esposa del difunto. Completan el cuadro Laurence Brown, tutor de los chavales, y la niñera.

Adaptación de la popular novela de Agatha Christie, que responde al esquema detectivesco de buscar respuesta a la pregunta «¿Quién lo hizo?», las tramas «whodunit» en su nomenclatura en inglés. Atrapa la intriga, por supuesto, con giros y sorpresas convenientemente dosificados, pero también la descripción de los personajesde una familia en decadencia y sus evoluciones, casi todas en la casa torcida del título. A tal respecto se nota la mano en el guión de un especialista como Julian Fellowes, guionista de Gosford Park y creador de la modélica serie Downton Abbey. Como en los títulos mencionados, se subraya el poder corrosivo de la posición social y las riquezas en las personas, aunque también el inevitable acercamiento de clases, una época británica ha llegado definitivamente a su final; y tiene mucha importancia la impresionante residencia, marco que sirve para crear la adecuada atmósfera.

El reparto está muy bien seleccionado. Por supuesto, da gusto ver veteranos de la categoría de Glenn Close (la tía solterona) y Terence Stamp (un inspector de Scotland Yard), pero también están bien los demás, Max Irons, que lleva con gran dignidad su ilustre apellido actoral a la hora de seleccionar sus proyectos, como el protagonista detective, y también la viuda a la que encarna Christina Hendricks, que demuestra que hay vida después de Mad Men. Y las más desconocidas, Stefanie Martini, la que encarga el caso, y Honor Kneafsey, la niña de La librería, lo hacen muy bien. Podía seguirse con la relación de actores mencionados, pues la película es eminentemente coral, y a todos se les presentan buenas ocasiones para el lucimiento, que aprovechan oportunamente.