Salvar al soldado Ryan (1998)

La guerra no es un juego

Un veterano de la Segunda Guerra Mundial visita con su familia el cementerio de la playa de Omaha. Los recuerdos se agolpan en su memoria. Los sucesos de aquel ya lejano 6 de junio de 1944. El día D del desembarco de Normandía, en que 170.000 soldados comienzaron la liberación de Europa del yugo nazi. Una de las misiones, que recae en el capitán Miller y sus hombres, es rescatar a un soldado muy especial, perdido en las líneas enemigas: se trata de James Ryan, que ha perdido tres hermanos en combate, y al que el alto mando americano quiere devolver con vida a su madre.

Los actores, todos magníficos, recibieron una dura instrucción militar para hacer más creíbles sus caracterizaciones: largas marchas, noches cortas, alimentación de supervivencia, clases sobre armamento… Hasta hubo un conato de motín por la dureza del entrenamiento. Pero el resultado valió la pena, y fue reconocido con cinco merecidos Oscar: mejor director, fotografía, montaje, sonido y montaje de efectos sonoros.