First Cow (2020)

 

Galleta, el chino y los buñuelos

Una cinta con algunos elementos que la hacen difícil de encasillar. Es un western, es una cinta de aventuras, tiene elementos de picaresca, a veces es casi documental… Pero sobre todo la directora y coguionista Kelly Reichardt, con la colaboración del autor de la novela en que se basa, Jonathan Raymond, entrega una historia tremendamente humana, creíble, y sin concesiones al sentimentalismo. Ha pasado con éxito por diversos festivales, uno de ellos el de Gijón, que en su 58 edición la ha reconocido como mejor película.

El arranque es francamente original, porque un chaval en medio del bosque, cerca de un río, hace con su perro un hallazgo, dos esqueletos humanos. Y esto nos retrotrae al pasado, que nos lleva a conocer quiénes fueron esos seres, ahora anónimos. Toca seguir a Cookie, o sea, Galleta, joven con habilidades culinarias, que le llevan a ganarse la vida en la frontera, en Oregón, cocinando y obteniendo alimento para unos tramperos que se ganan la vida vendiendo pieles. Se hará amigo íntimo de King-Lu, un inmigrante chino que trata de evitar a los hombres que querían darle la caza para vengar la muerte de un tipo al que el otro mató por razones justas. Uno de los terratenientes de la zona ha traído al lugar una vaca, la primera que ven esas tierras. Y Cookie y King-Lu la ordeñan clandestinamente para obtener leche, con la que elaboran unos buñuelos se convierten en un enorme éxito entre aventureros y colonos.

Hay que reconocer que el film contiene tramos de exasperante lentitud, con los que Reichardt documenta la vida salvaje en plena naturaleza, seguramente con la buena intención de reflejar con verismo la vida en la frontera. Pero la relación entre los dos amigos, y el modo ingenioso con que se ganan la vida atrapa de modo irremediable, hacen dos grandes interpretaciones John Magaro y Orion Lee, contenidas pero no frías, el espectador entiende y comparte sus penalidades. Y verdaderamente pone el corazón en un puño el creciente trato con el dueño de la vaca, interpretado muy bien por Toby Jones, con el miedo de que sea descubierto el modo en que los dos cocineros consiguen la leche de los buñuelos. Llama la atención también la sobriedad, perfecta en el elíptico desenlace.