La-gran-estafa-americana-critica-cartel

Año 1978. Irving y Sydney son dos estafadores con talento para embaucar a sus víctimas. El agente del FBI DiMaso les desenmascara y acuerda que trabajen a sus órdenes para detener así a mafiosos y políticos corruptos. A una compleja telaraña de fingimientos, se suma la crisis conyugal de Irving y su mujer.

Director: David O. Russell

Intérpretes: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Robert De Niro

Guión:  David O. Russell, Eric Singer.

Duración: 129 min

Género: Thriller, Drama

Estreno DVD: 26/05/2014

Público: Jóvenes-Adultos

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 2

Sexo: 2

Crítica:

David O. Russell escribe con Eric Singer una comedia de timadores inspirada libremente en hechos reales, el escándalo Abscam. Responde a convenciones del género, tipo El golpe, donde se hace abstracción parcial de las consideraciones morales. Frente a los corruptos malísimos, los granujas protagonistas son los héroes de la función, y reclaman la simpatía del público; algo que ya trató Russell en Tres reyes.

La idea de personajes disfrazados, acentos simulados, sentimientos escondidos, sirve para abordar cierta crisis de identidad muy actual, que se expresa bien en este tipo de historias: pensemos en las series de espías Homeland y The Americans. En tiempos de pensamiento líquido, se puede mantener una cosa y a renglón seguido la contraria, resulta difícil mostrar convicciones sobre algo, más allá de la propia supervivencia y la gratificación inmediata. Ideas comparables a las de Martin Scorsese en El lobo de Wall Street, aunque los logros aquí resultan más afortunados.

La película tiene una estructura convincente y ágil, bien apoyada en canciones de la época, con giros sorprendentes y buenos golpes de humor. Es formidable el reparto, ellas (Amy Adams, Jennifer Lawrence) y ellos (Christian Bale, Bradley Cooper, Jeremy Renner, e incluso un inesperado Robert De Niro). El vestuario y aspecto de los personajes, más allá de los descocados escotes de Adams, acentúa la idea de impostura.

 

 

Fuente: Jose María Aresté (www.aceprensa.com)