la herida

Ana (Marian Álvarez) tiene 28 años. Se siente útil y satisfecha en su trabajo rutinario ayudando a otros. Sin embargo, fuera de su jornada laboral, tiene serios problemas para relacionarse. Es socialmente torpe e incluso agresiva con las personas más cercanas y queridas.

Ana no puede controlar este comportamiento ni sus emociones, por las que sufre y se atormenta, sintiéndose culpable. En el fondo sólo querría estar bien consigo misma y con los demás: ser feliz. Pero su conducta autodestructiva no hace sino aislarla aún más.

Ana padece lo que los psiquiatras llaman Trastorno Límite de la Personalidad o Síndrome borderline. Pero ella no lo sabe.

Director: Fernando Franco

Intérpretes: Marian Alvarez, Rosana Pastor, Manolo Solo, Andrés Gertrudix, Ramón Agirre, Ramón Barea, Patricia López, Luis Callejo, Mariano E

Guión: Fernando Franco, Enric Rufas

Duración: 98 min

Género: Drama

Estreno DVD: 22/01/2014

Público: +18

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 5

Sexo: 3

Crítica:

Fernando Franco, con una larga experiencia como montador de largometrajes, ha dirigido infinidad de cortos que le han supuesto varios premios, entre ellos la Biznaga al Mejor Cortometraje en el Festival de Cine Español de Málaga. La Herida, su opera prima ha sido incluida y premiada en la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián 2013.

De nuevo nos encontramos con una película de actriz. Con una interpretación más que destacada a cargo de Marian Álvarez. En su papel, acapara todos y cada uno de los planos del film; curiosamente casi siempre primeros planos. Hasta tal punto que el resto de los personajes, pese a formar parte de su triste existencia, son puramente anecdóticos.

Y en nuestra opinión este detalle desvirtúa el transcurso de la historia al ceñirse de forma tan exclusiva a las distintas reacciones de la protagonista a lo largo de un año de su triste vida, sin darnos a conocer los verdaderos motivos que la convirtieron en un ser tangencial, autodestructivo y escasamente comunicativo con los demás.

Durante toda la película sufrimos con ella, somos partícipes de su inestabilidad, pero no somos capaces de identificar las reacciones que la mantienen apartada de un trato normal con el resto de la gente que la rodea, dejando aparte la problemática de una misteriosa madre emocionalmente ausente. Y un padre que vive otra vida.

Quizás ello justificaría, en parte, su situación, pero también sería lógico que si Ana padece algún trastorno psíquico, debería estar sometida a un tratamiento adecuado a su problemática. En definitiva, nadie de su entorno es capaz de brindarle una pizca de cariño ni el remedio oportuno a su triste situación anímica.

Y es que, a veces, no se sabe si el origen del mal está en uno mismo o en el comportamiento negativo de los demás. Y esto último, con toda seguridad, tiene mejor remedio.

Fuente: Joaquín Guitart (www.taconline.net)