Ficha

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Coraje

Una encantadora película, adaptación de la novela homónima de Penelope Fitzgerald, que habla de modo tremendamente original y desde una óptica femenina del amor por los libros. Resulta muy apropiado que también sea una mujer directora de cine, la española Isabel Coixet, la que haya hecho la correspondiente traslación a la pantalla. Contiene bastantes elementos autobiográficos de la propia autora, como su trabajo en una librería y su dedicación a los libros tras quedar viuda de un antiguo soldado de la Segunda Guerra Mundial.

En efecto, la protagonista, Florence Green, acaba de recalar en Hardborough, un pueblecito británico costero, con un sorprendente plan: restaurar un histórico edificio local y convertirlo en librería, la primera del lugar. Viuda y sin hijos, sabe que los libros son lugares en los que es posible habitar, y que hacen formidable compañía, y querría compartir esa pasión con sus nuevos vecinos. No va a ser tarea fácil, pues aparte de los escasos hábitos de lectura allí existentes, Violet Garmet, una de las fuerzas vivas del lugar, tiene otros planes, como la apertura de un centro cultural, y ve en la recién llegada a una rival que debería cederle el local y plegarse a sus ideas. Esta mujer y otros lugareños, como Milo North, un insustancial periodista de la BBC, van a poner las cosas difíciles a Florence, que en cambio puede que encuentre un aliado en el taciturno señor Brandish, gran lector, pero que vive recluido en su caserón.

Aunque el planteamiento puede ser un poco naif, y el final algo brusco, la película de Coixet funciona en líneas generales como fábula sobre las dificultades para integrarse en una comunidad cerrada que excluye a los que no se pliegan a ciertos modos de funcionar. Tiene momentos realmente encantadores, sobre todo gracias al audaz corazón de oro de Florence, una bondadosa mujer con gran fuerza de voluntad y fibra moral a prueba de bombas, estén a la altura o no de la confianza que deposita en sus vecinos, nunca les responderá con vileza; Emily Mortimer sabe encarnar con convicción estos valores, un auténtico coraje que no dejará indiferentes a Violet –Patricia Clarkson prueba lo gran actriz que es al no convertirla en personaje de cartón piedra-, Milo o el señor Brandish -magnífico Bill Nighy-, o a la niña que echa una mano en la tienda por las tardes.

Se habría agradecido una mejor integración de la pasión los libros en la narración, aunque se citan algunos autores, sólo dos tienen auténtico peso específico, Ray Bradbury y sus famosas obras de anticipación, y Vladimir Nabokov con su escandola “Lolita”, y si el espectador no sabe de qué van no entenderá su inclusión en la trama. De todos modos sí tiene encanto esa selección y recomendación de libros, y la petición de consejo, que hace pensar en otra película basada en una novela sobre amor a los libros, La carta final, que adaptaba “84 Charing Cross Road”, la novela de otra escritora, Helene Hanff.