La gran cantidad de plataformas y sus políticas de exclusividad dificultan la labor a los usuarios para encontrar lo que demandan a un precio asequible

En realidad, los ‘piratas’ son los que más compran

La piratería y los torrents no paran de crecer y vuelven a estar de moda tras años de decadencia. ¿El culpable? El auge de la política de exclusividad de plataformas de vídeo bajo demandan Netflix, HBO y Amazon Prime.

La abundancia de plataformas que ofrecen estos servicios sumada a la hiperfragmentación de contenidos y el aumento de costes en las suscripciones, dificultan la labor de los usuarios para encontrar los shows que realmente demandan a cambio de un precio asumible.

Así lo indica la última edición, elaborada en octubre de 2018, del informe Global Internet Phenomena elaborado por Sandvine, uno de los informes más extensos sobre las últimas tendencias y sobre cómo se reparte el tráfico en la web.

Los ficheros compartidos corresponden al 3% del tráfico global de descargas y al 22% del tráfico global de subidas. Unos porcentajes superiores al de ediciones anteriores que, además, se encuentran monopolizados en un 97% por BitTorrent, un servicio que, aunque se utiliza para compartir ficheros de ordenador al uso, es la principal elección para compartir contenidos con derechos de autor como películas, series y videojuegos.

Un porcentaje que, incluso, podría ser todavía mayor teniendo en cuenta que gran parte de los usuarios que utilizan servicios P2P en todo el mundo, como es el caso de BitTorrent, lo hacen protegidos por proxies y VPNs para evitar que sus datos y dirección IP queden expuestos, como medida de seguridad para protegerse de multas o posibles demandas por infringir las regulaciones en materia de derechos de autor.

El aumento de popularidad de BitTorrent choca con el mínimo histórico registrado en 2015, cuando tan sólo era responsable de un 26,83% del tráfico del subida. Un mínimo que el informe lo explica por la popularización de los servicios de los servicios de vídeo bajo demanda a un bajo coste, que supieron ganar mercado como una alternativa barata y segura frente a la piratería.

Sin embargo, 2018 ha marcado un notable cambio en el uso de la piratería por parte de los usuarios que, según este informe, se debe a un extremo celo en las políticas de exclusividad imperantes entre los grandes operadores de vídeo bajo demanda.

«Cada vez más plataformas están produciendo contenido exclusivo que sólo se encuentra disponible en su servicio de streaming, como Juego de Tronos en HBO, Jack Ryan en Amazon Prime Video y House of Cards en Netflix», asegura el vicepresidente de la empresa Sandvine, responsable de este informe, Cam Cullen. «El acceso a todas estas plataformas resulta muy caro para los consumidores, que optan por pagar una o dos suscripciones y piratear el resto de contenidos«, añade.

Los expertos consideran que la tendencia al pirateo irá a más, a medida que nuevos operadores de vídeo bajo demanda irrumpan en el mercado. Por ejemplo, Disney tiene previsto retirar todos sus contenidos de Netflix coincidiendo con el lanzamiento de su nueva plataforma de vídeo bajo demanda. Por otro lado, Apple, lleva tiempo trabajando en el lanzamiento de su propia plataforma, que se está enfrentando a una gran cantidad de problemas antes de ver la luz.

Según estimaciones de la industria del entretenimiento de Estados Unidos, se espera que la mayoría de las grandes empresas tecnológicas y canales de televisión cuenten con su propio servicio de vídeo bajo demanda en el año 2022, con contenidos que ofrecerán de forma exclusiva, sin compartir con otros operadores.

Una estrategia que, por un lado, tiene sentido dentro del sistema de competencia directa y legal, entre la distintas plataformas de vídeo bajo demanda, que a mayor cantidad de contenido y a mayor calidad del mismo, el número de suscriptores aumenta.

Por otro lado, esta estrategia también provoca un aumento de la fragmentación de los contenidos destinados a un público con una cantidad de recursos limitados que optan por suscribirse al servicio que emplean de manera más recurrente y piratean el contenido del resto de las plataformas.

Una tendencia, en la línea con otros previos, como en elaborado por la compañía MUSO de Reino Unido para la lucha contra la piratería, que demuestra que aquellos que más piratean son en realidad quienes más compran contenidos legalmente.