Por ABC

Bart Simpson seguirá teniendo sus terribles diez años pero la serie podrá superar la plusmarca televisiva del medio millar de episodios.

A pesar de que nacieron antes de que Internet se convirtiese en el eje de rotación del mundo, los Simpsons -los dibujos animados protagonizados por una familia típicamente disfuncional de color amarillo- están demostrando una fortaleza de cucaracha en la industria nuclearizada de la televisión con epicentro en Estados Unidos. Hasta el punto de haber logrado que la cadena Fox les haya renovado contrato para hacer la temporada número 23.

Con ese respaldo, Bart Simpson seguirá teniendo sus terribles diez años pero la serie podrá superar la plusmarca televisiva del medio millar de episodios. Con un total de 515 capítulos asegurados hasta la primavera del 2012, la saga de los habitantes de Springfield se convertirá en una de las más longevas de la pequeña pantalla. Superada en Estados Unidos únicamente por los 588 episodios de las perrunas aventuras de «Lassie» y las 635 entregas de «El hombre del rifle», centrada en los afanes del «sheriff» de Dodge City.

Al Jean, productor ejecutivo de la que se considera ya como la serie cómica más veterana en la televisión de Estados Unidos, ha recalcado que «como todos los jóvenes de veintidós años, los Simpsons están muy contentos de permanecer en casa, la Fox, y esperan no tener que aventurarse en el mundo real por muchos años». A modo de celebración, el canal de Rupert Murdoch piensa estrenar en el señalado Día de Acción de Gracias el largomentraje de los Simpsons producido hace tres años.

Desde que empezaron a pitorrearse de todo el mundo en 1989, la odisea de Homer, Bart, Lisa y Maggie en la cultura de masas globalizada ha sido reconocida con un total de 27 premios Emmy. La familia de dibujos animados dispone de su propia estrella en el paseo de la fama de Hollywood. Y hasta algunas de sus expresiones han conseguido encontrar acomodo en el Oxford English Dictionary.

Una serie de culto

Originalmente, «The Simpsons» fueron concebidos por Matt Groening como una distraída y limitada cortinilla entre la publicidad y un programa de humor titulado «The Tracey Ullman Show». Pero con el paso del tiempo, la serie animada se ha convertido en una especie de culto y un multimillonario negocio en «merchandising». Sus seguidores más entusiasmados hablan incluso de una época dorada limitada a las temporadas 3, 4 y 5.

Doblados y subtitulados en cincuenta idiomas, los Simpsons están siendo emitidos en la actualidad en más de un centenar de países, incluida España. A las críticas favorables se ha sumado incluso «L’Osservatore Romano», que el pasado mes alabó la popular serie por tomarse la fe religiosa seriamente, aunque con bastante irreverencia. Según informó el diario del Vaticano, las generosas dosis de «realismo escéptico» que destilan sus guionistas facilitan «un mundo más humano y, quizá, más cristiano».

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