las-aventuras-de-peabody-y-sherman-2014

El Sr. Peabody es inventor, científico, ganador del Premio Nobel, gourmet, medallista olímpico en dos ocasiones y genio… y además es un perro. Su último gran desafío es ser padre y, cuando encuentra en la calle abandonado al pequeño Sherman, decide adoptarlo. Sherman crece bajo la tutela del Sr. Peabody, lo que le permite disfrutar de su invento más ingenioso, el Vueltatrás, una máquina del tiempo con la que pueden conocer de primera mano los eventos que han cambiado el mundo e interactuar con algunos de los personajes más importantes de la Historia.

Director: Rob Minkoff

Guión: Craig Wright

Duración: 92′

Género: Animación, Aventuras

Estreno: 07/03/2014

Público: +7

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 3

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 0

Sexo: 0

Crítica:

Los personajes de Peabody y Sherman nacieron de la mano del dibujante Ted Key a finales de los años 50, y vieron la luz por primera vez en televisión como parte de El show de Rocky y Bullwinkle, emitido en las cadenas norteamericanas ABC y NBC. La popularidad que alcanzaron este perro superdotado y su humano hijo adoptivo les permitió protagonizar en la década siguiente su propia serie, en la que, gracias a su máquina del tiempo, recorrieron la Historia en pequeños episodios de cinco minutos.

El fallecimiento de Key en el año 2008 coincidió con el inicio de un proyecto de Dreamworks para adaptar su creación a la gran pantalla, aprovechando las nuevas posibilidades de la animación. La compañía puso al frente de la producción a Rob Minkoff, cuya experiencia en el terreno del cine familiar incluye la dirección de películas como El rey león o la saga Stuart Little. Minkoff ha contado con el televisivo guionista Craig Wright para escribir una historia que, en la línea seguida por los productos de animación de los grandes estudios en los últimos tiempos, propone entretenimiento para los más pequeños a la vez que busca cierta complicidad (principalmente a nivel cómico) con el público adulto.

Si bien es cierto que, en este sentido, está lejos del equilibrio, ingenio y constancia mostrados en los grandes referentes del género, la película se despliega con cierta efectividad para conseguir un conjunto ligero, divertido, a ratos sin sentido, un poco excéntrico y con buen ritmo. Siguiendo la idea original que Ted Key implantó en la pequeña pantalla, las aventuras de los nuevos Peabody y Sherman constituyen un alocado relato de viajes en el tiempo que ofrece juego en sus visitas a épocas y personajes históricamente relevantes, tanto a nivel formal como a la hora de desarrollar la acción para el público infantil y el apartado humorístico del film que, con salidas graciosas, dedica a los espectadores de mayor edad una singular y paródica visión de periodos como la Revolución Francesa, el Antiguo Egipto, el Renacimiento o la Grecia de los héroes.

La película está cuidada a nivel técnico y estético y, pese a que fuera de la caracterización de los protagonistas le falta algo de personalidad en sus figuras, se apoya en una animación dinámica, divertida y con encanto, así como en un trabajado (pero no imprescindible) 3D.

Por otra parte, buscando aportar riqueza al fondo del film, Minkoff y Wright han intentado darle mayor protagonismo a la relación entre Peabody y Sherman de lo que lo hizo la serie original, tratando de aportar algunas reflexiones sobre lo que implica ser padre y lo difícil que es (aunque uno sea la “persona” más capaz del mundo en cualquier otro ámbito).

La película no es especialmente brillante ni elaborada en su intento de transmitir valores, pero algo queda. Tampoco ayuda el carácter surrealista y poco serio que desprende un film que parte de la base de ese extraño vínculo paterno-filial entre un perro y un niño. Ello hace que, en algún momento, Las aventuras de Peabody y Sherman pueda bordear terrenos algo pantanosos teniendo en cuenta que se trata de una propuesta infantil, como las cuestiones de la custodia de los hijos o los modernos modelos familiares. Aunque, en general, todo queda más enmarcado en esa inocente y encantadora extravagancia que envuelve a estos personajes creados hace más de medio siglo, que en el campo de posibles segundas lecturas.

Fuente: Juan Xipell (www.taconline.net)