La vida escolar…

El film recorre un curso escolar completo en un conflictivo barrio parisino, junto a una joven profesora que debe ocuparse de los problemas de disciplina. Aquí tenemos otra maravillosa película francesa sobre la educación.


Disponible en salavirtualdecine.com

Hay que añadir Los profesores de Saint-Denis a la amplia lista de títulos franceses que tratan del mundo de la educación: Los chicos del coroLa clase o la obra maestra de Bertrand TavernierHoy empieza todo, entre otros. Todos ellos muestran el amor hacia los maestros, sus errores, sus aciertos, sus éxitos y fracasos; en definitiva, su humanidad de una manera real, sin artificio y sin convertirlos en superhéroes como nos tienen acostumbrados algunas propuestas de Hollywood. Aquí los profesores y los alumnos son personajes de carne y hueso que no responden a estereotipos de fábrica.

Sin embargo, la diferencia que nos aporta el segundo largometraje de Mehdi Idir es, precisamente, su experiencia personal. El director nació y creció en el mismo barrio que nos muestra. Hijo de padres argelinos que emigraron a Francia, ha experimentado en sus carnes cómo es vivir en uno de los suburbios más conflictivos de Europa. Y esto es lo que nos enseña, ni más ni menos. No hay un mensaje contra el racismo, ni un color político, ni una mirada crítica hacia el Estado. Mehdi Idir nos muestra un curso escolar, desde la mirada de Samia, una orientadora pedagógica de origen argelino que ha aceptado una plaza en el centro para poder estar cerca de su novio encarcelado en una prisión cercana por robar tarjetas de crédito. En ese nuevo instituto, la protagonista aprenderá a contar con sus compañeros, a no juzgar a los alumnos y a saber que la el libre albedrío está por encima de sus buenas intenciones.

Otra de las maravillas de esta película es que Mehdi Idir ha mezclado media docena de actores profesionales con docentes y alumnos reales de allí. Por eso, su relato tiene el sabor del cine primitivo donde los cineastas se dedicaban a colocar la cámara en un lugar y esperar que las cosas sucedieran. No se asuste el espectador porque tenemos historias, conflictos, humor y tramas personales, pero están conducidas de manera que casi no se nota la mano que mueve los hilos. De la misma manera, sucede con las cuestiones morales que plantea: hay alumnos que salen adelante y otros que no. Hay profesores que trabajan, buenos profesionales y otros que son peores que los peores alumnos. No obstante, aquí los que miramos desde la butaca somos quienes tenemos que darnos cuenta de las diferencias.

Los profesores de Saint-Denis es perfecta para el público interesado en la educación, preocupado por cuestiones sociales y humanas. Ese espectador que busca la verdad en la realidad de las cosas sin esperar que le den las soluciones. El que quiera algo así disfrutará con la película de Mehdi Idir.