La mudanza de una familia coreana a un pueblo de Arkansas conforma una película con diálogos hilarantes, situaciones emotivas y momentos muy tiernos. Cuenta con el trabajo de un gran elenco y un encuadre rural muy apacible.
- Por Patricia Amat | CONTRASTE
El director norteamericano Lee Isaac Chung se ha alejado de la discreción que le ha caracterizado hasta la fecha gracias a esta historia llena de tintes autobiográficos e intimistas que, en 2020, conquistó el premio del jurado y del público en el Sundance Film Festival. Nominada como mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro 2021, Minari es una propuesta amable y delicada con la que pasar un rato muy agradable.
La cinta está llena de diálogos y situaciones que destilan un humor encantador. Las coyunturas provocadas por el choque cultural son verdaderamente divertidas y amenizan el metraje, a veces provocando una carcajada y otras simplemente arrancando una sonrisa. Además, el reparto se desenvuelve muy bien en sus roles, sin caricaturizarlos para hacer gracia y sin exagerar el sentimentalismo. En concreto, Alan S. Kim es deliciosamente cautivador y permite que el espectador pueda disfrutar de su trabajo sin que resulte sobreactuado, algo quizá más propio hoy en día entre los actores de menor edad.
Chung hace un retrato de una familia procurando vivir el sueño americano y trata con mucha sensibilidad materias como la identidad cultural, la religión o la inmigración en Estados Unidos. Con un ritmo tranquilo, el director conduce a sus personajes coherentemente, construyéndolos poco a poco y a medida que la trama se complica de manera orgánica, sin estridencias ni moralinas.
Aunque el film es emotivo y toca en profundidad materias frágiles, su gran acierto es que no peca de ningún exceso; quizá únicamente la larga duración. Es un título modesto, que no abunda en la sensiblería, ni en la propaganda, ni en la cantidad de bromas o en la caracterización demasiado pintoresca de la vida rural.
Enmarcada en bonitos paisajes naturales, Minari es una película preciosa que permite reflexionar acerca de la familia y de los ideales. Es una producción tierna y sencilla con la que reír y emocionarse mientras se disfruta de maravillosos planos del campo.