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Bill Marks es un antiguo policía de Nueva York que ejerce como agente de seguridad aérea en vuelos transatlánticos. Tras unos sucesos dramáticos en su vida personal, Marks ha desarrollado problemas con la bebida y no siente ninguna pasión por su trabajo profesional.

Embebido en sus luchas intenas, Bill se embarca a bordo del 767 en un aparente viaje rutinario. El vuelo sin escalas, que dura seis horas, va de Nueva York a Londres. Tras el despegue todo parace en orden hasta que el agente empieza a recibir inquietantes mensajes de texto. A través de una línea restringida por Seguridad Nacional, un anónimo le chantajea pidiendo 150 millones de dólares a una cuenta secreta. Si sus peticiones no son atendidas, matará a un pasajero cada 20 minutos.

Director: Jaume Collet-Serra

Intérpretes: Liam Neeson, Julianne Moore, Scoot McNairy, Michelle Dockery, Nate Parker, Corey Stoll

Guión: John W. Richardson, Christopher Roach

Duración: 106′

Género: Thriller, Acción

Estreno: 21/03/2014

Público: +16

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 4

Amor: 0

Violencia: 3

Sexo: 0

Crítica:

Liam Neeson se pone bajo las órdenes del director español Jaume Collet-Serra como ya hizo en 2011 con Sin identidad. Vuelve, así, el thriller de acción encabezado por un personaje sin horizontes, acabado, que se convierte en héroe pese a su voluntad. Bill Marks encarna la derrota, el tedio y la más absoluta indiferencia vital de una persona que ha perdido el norte y se ha perdido a sí mismo.

Los guionistas sitúan al protagonista en una claustrofóbica situación de emergencia. Para Bill no hay salida. Para los pasajeros tampoco. Y el director invita, a través del suspense y la acción, a los espectadores para que acudan a esta trepidante cita, como su título indica, Non-stop. Y es que, desde el despegue hasta el final, en el film no hay espacio ni tregua. Sin alarmantes dosis de acción increíble ni grandes despliegues, la cinta sabe recorrer el estado anímico de los personajes y, a la vez, adentrarse y reflejar la historia desde la óptica de su protagonista.

La desconfianza se implanta en todos los pasajeros y oficiales de vuelo, la tensión en cada nuevo paso del terrorista, el asombro en cada víctima y, de esta forma, los minutos engullen la atención y deleitan las sensaciones del espectador. Sin duda, hay pequeños fallos de guión, hazañas poco creíbles y dudosas deducciones para resolver la trama, pero, con todo, la película se mantiene con dignidad y destaca un Liam Neeson que transmite hasta sus más oscuros rincones.

Non-stop: sin escalas es una de esas cintas que se deja ver con facilidad, que entretiene durante todo su metraje y que, aún con sus tópicos, demuestra que el cine de acción no pasa obligatoriamente por los grandes destrozos, las imposibles persecuciones y las rocambolescas tramas. Una opción que puede gustar a una amplia gama de espectadores y que, con seguridad, atraerá al público joven y adolescente.

Fuente:  Mar Pons (www.taconline.net)